SILBO APACIBLE
La locura de un noruego asesino
(Guillem Correa, 26/07/2011) Jesús afirma "No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo". El Nuevo Testamento, libro de Mateo capítulo 7, versículo 21.
El corazón se nos ha helado dos veces. La primera vez se nos ha helado con la terrible noticia del asesinato en masa de un grupo de gente joven y de un sangriento y despiadado atentado en la capital noruega. La segunda vez se nos ha helado al conocer la autoría de los hechos.
Dice el asesino de sí mismo que es cristiano. ¿Cristiano?
Nuestros incrédulos oídos nos han pedido volver a escuchar la noticia para garantizarnos que lo hemos entendido correctamente.
Si la primera vez que lo hemos oído nos ha hecho daño cuando nos lo han confirmado nos han destrozado el corazón.
¿Cómo es posible que alguien que se dice cristiano haya podido hacer algo así? Nos lo hemos preguntado, una y otra vez, tratando de encontrar consuelo en nuestro desconcierto.
Ninguno de nosotros, estoy absolutamente seguro, ninguno de nosotros -repito- puede llegar ni siquiera a pensar que una persona cristiana pueda comportarse de esta manera.
Y ahora, ¿qué debemos hacer? podemos preguntarnos.
De entre las muchas puertas que nos abre la pregunta me gustaría centrarme sólo en las dos siguientes:
La primera, tenemos que estar al lado de las víctimas que han logrado salvar la vida y de los familiares de las víctimas. Especialmente los familiares de las víctimas que han perdido la vida. Una forma de estar a su lado en estos momentos es rezar para todos ellos. No podemos ni debemos orar por los muertos, porque ya están muertos, pero sí podemos y debemos orar por los vivos para que encuentren en Jesús fuerza para encarar esta dolorosa situación.
La segunda, tenemos que volver a decir en voz muy alta dónde establece Jesús los límites de su Reino para determinar quién está dentro y quién está fuera de estos límites.
Tal y como dice el mismo Jesús, no es cristiano quien dice que lo es ('Señor, Señor') sino quien vive como Jesús vivió. Es decir: quien vive haciendo suyas las palabras de Jesús cuando nos dice que la vida consiste en "amar al prójimo como a ti mismo" en el Nuevo Testamento en el libro de Mateo capítulo 22 versículo 39.
Los cristianos somos convocados por Jesús no para destruir la vida de las otras personas, sino para que nuestra vida sea de bendición a las demás personas.
No es cristiano quien habla de la religión cristiana, sino quien ama como Jesús amó.
Instrumentalizar el cristianismo para legitimar ideologías destructivas está al alcance de mucha gente. Incluso podrán confundir a unos pocos. De lo que tienen que estar seguros es que nunca conseguirán confundir a Jesús, que es quien establece los límites del Reino de Dios.
Y no olvidemos que Jesús cuenta con nosotros para recordar a todos los que piensan y actúan como este asesino noruego que su vida los desacredita y los aparta totalmente del camino de Jesús.
Es nuestra responsabilidad que no lo olviden nunca para evitar nuevas locuras como la que hemos vivido.
Autor: Guillem Correa Caballé
© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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