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¿Preparado para la Navidad?
(JONATÁN POZO, 25/10/2013) | Disfrutar del momento y hacer que sea especial es una cuestión de actitud. Lo que haya en el corazón será el ingrediente principal y marcará el curso de esta Navidad. Trabaja en tu corazón, prepáralo para la Navidad. Disponlo para acoger al Salvador en tu vida, y en la de tu familia, para que tengáis paz.
La Navidad es un tiempo especialmente propicio para crear buenos recuerdos y tradiciones familiares, que perduren para siempre. No hay mayor ejemplo de amor que el Dios enviándonos a su Hijo. Imitemos a Dios en nuestro hogar. Involucremos a toda la familia en el auténtico espíritu navideño, para vivir momentos tranquilos, en grata compañía, dando y recibiendo amor, humor y optimismo. Esto traerá paz a nuestro corazón, descanso a nuestro cuerpo y sentido a nuestra vida.
Dicen los analistas que este año vamos a gastar más que el año pasado (unos 668€ frente a los 655€ del año pasado). No sé si esta estimación está más motivada por la necesidad de revitalizar el consumo, que por la marcha de la economía real. La mía no, desde luego. Pero eso suele pasar siempre con las estadísticas, ¿verdad? Frente a estos datos prefiero recrearme en los que se refieren al número de comidas de los comedores sociales, los kilos de alimentos recogidos, los juguetes metidos en una caja de zapatos, los miles de voluntarios que dan un extra de su tiempo, dinero y afecto… en Navidad.
Permíteme compartir contigo algunas ideas que pueden ayudarte a recuperar el valor la Navidad.
- Simplificar. Ni demasiado trabajo, ni demasiados compromisos, ni demasiados gastos.
Es bueno repartir la carga, compartir el trabajo y los gastos de una celebración. Tengamos presente que el trabajo es un bien escaso y que además está mal repartido. Por lo que a la hora de planificar una celebración es necesario hacer un presupuesto asumible y un reparto de tareas saludable. Además, cuando todos colaboran se reduce significativamente el volumen de críticas, compruébalo… ¡Ah! y procura anticipar las compras y preparativos, todo lo que te sea posible.
Bajar las expectativas. Una forma de no decepcionarse es no esperar nada y saber contentarse. Si esto suena muy fuerte… lo dejamos en un: tengamos unas expectativas realistas. Además, en realidad tampoco disponemos de tanto tiempo.
Si nos concentramos en dar, que no en comprar, lo mejor de nosotros… seremos más que dichosos. Si nos centramos en disfrutar, en lugar de obsesionarnos en la velada perfecta, seguro que todos lo pasaremos mucho mejor.
- Ocuparse de lo importante. Estar con las personas, dedicar tiempo a decorar, jugar, charlar… Los expertos afirman que tendríamos que jugar, al menos, 30 minutos al día con nuestros hijos. Si lo hacemos su bienestar emocional y el nuestro lo notarán. Así que a inventar juegos, crear juguetes, dibujar un mural de Navidad, fabricar tarjetas o rescatar juegos de tu infancia para disfrutar con tus hijos…, son algunas propuestas que darán un valor especial a ese tiempo junto a tus hijos.
Escribir una carta de amor, recordar momentos felices, quedar como cuando erais novios… Son propuestas para enriquecer la vida de la pareja.
Viajar para encontrarse con la familia y celebrar la vida, y recordar a los que ya no están. Nos ayudará a saber quiénes somos y de dónde venimos.
Tengas o no que reducir el presupuesto de “regalos” en este año, piensa que el mejor de los regalos que puedes dar en esta Navidad es tu tiempo.
- Dos no discuten si uno no quiere. Las relaciones familiares conflictivas no se resuelven junto al Árbol de Navidad, ni en la cena de Nochebuena. Debemos elegir el momento adecuado para tratar los temas delicados, los malos entendidos…
Piénsalo, por favor: “Toca verse” pero no “toca discutir”. En último extremo, si es imposible evitar algún roce o un momento incómodo, regala perdón. Es uno de los mejores regalos que puedes hacer esta Navidad. Procura crear un ambiente de unión y celebración que reduzca al mínimo la posibilidad de tensiones.
No estás obligado a ser feliz. Aunque nos lo diga una y otra vez la publicidad, no es verdad. Sin duda es bueno ser feliz, pero como no estamos en el Edén, sino fuera, lo normal es que convivamos con las consecuencias de una naturaleza caída.
Me despido con un regalo de Navidad. Es un versículo. Dudo que nadie antes te lo haya dedicado, así que al menos espero ser original. Pero en realidad lo que me interesa es pensar que, tal vez, pueda serte de guía en estos días que a veces nos salen agridulces: “Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres.” Romanos 12:18
Autor: Jonatán Pozo
© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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