DESDE EL CAMINO

TESTIMONIO: Superar juntos el cáncer

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trivio125(JUAN TRIVIÑO, 20/08/2012) Juan Triviño es hoy un joven empresario del mundo editorial, bien conocido en el ámbito evangélico y cada vez más fuera de él. Bajo el sello de Ediciones Noufront viene publicando a algunos de los mejores escritores evangélicos del momento, a la vez que firma alianzas estratégicas con ‘gigantes’ como el Grupo Nelson. Esta felizmente casado y es padre de una niña. También colabora como columnista en Actualidad Evangélica.

De complexión robusta, desarrollada bajo la dura disciplina del rugby, pocos serían capaces de adivinar, al verle, que a los veinte años de edad le tocó jugar “el partido de su vida” contra un difícil rival: el cáncer. Hoy recuerda esa etapa con mucho agradecimiento a su familia, a sus amigos y, por supuesto, a Dios, a quien también sirve como pastor de la Iglesia Evangélica de Valls, Tarragona.

por Juan Triviño, Tarragona, 20/08/2012

Recuerdo con claridad el 22 de diciembre de 1993; las vacaciones de Navidad ya habían llegado a la universidad y era el sorteo de la Lotería. Años después, y en numerosas ocasiones, he escuchado a mi madre recordar cómo nos "tocó" la lotería.

20120820-8Ese día sin causa aparente me entró fiebre, pero una fiebre como jamás había tenido: en apenas unos minutos pasé, de estar totalmente normal, a pasar de 40 grados. Mi cuerpo se resentía hasta tal punto que empecé a tener convulsiones que me impedían estar tumbado en la cama.

Después de la primera visita al médico, muchas otras que siguieron y cuatro meses de pruebas que no nos aclaraban nada, dimos por fin con un especialista que sabía leer los datos. Le bastó hacerme una ecografía abdominal para, automáticamente, dar la orden de ingreso en el que hoy es el Hospital Universitario de Albacete y operarme de urgencia al día siguiente. Un mes después, mientras paseábamos por la sexta planta, mi padre me comunicaba entre lágrimas que tenía cáncer: todavía no había cumplido veinte años.

Recuerdo como si fuera ayer a mi médico (y ahora amigo, Ángel F. Fúnez) explicarme unos días después cómo iba a ser el tratamiento de quimioterapia, la pérdida del pelo, las náuseas... y sobre todo su frase: "Para ganarle a esto, vas a tener que poner las cáscaras y todo lo demás", en clara referencia al preciado tesoro que nos dan las gallinas.

Los dos años siguientes son comunes a todos los que hemos pasado por esta puerta: idas y venidas al hospital durante dos años de tratamiento, sesiones de quimio, caída del pelo, recaídas, viajes a Madrid y Alicante a hacerme pruebas.

Dieciocho años después puedo narrar esta historia, y si de algo estoy seguro es que al cáncer lo vencimos entre todos los miembros de mi familia. Las fuerzas que a mí me faltaban me las dieron mis padres, los ánimos los aportaron mis hermanos, y las ganas de vivir me llegaban cada día de los que más me querían. Jamás se compadecieron de mí, es más, siempre me animaron a superarme y luchar por salir adelante. Las visitas de los amigos, los compañeros de clase, la gente a la que le importaba yo y que no veían en mí a un enfermo sino al mismo Juan de siempre, esto fue lo que me dio la fuerza.

La enfermedad, que gracias a Dios superé (y no me preguntes por qué yo sí y otros no, no tengo la respuesta), la superamos ¡untos, y fue una tarea de equipo en la que jamás me permitieron desfallecer, nunca me dejaron solo y siempre me ayudaron a mantener la alegría.

Dieciocho años después soy padre y esposo, dirijo la editorial Noufront, soy el editor de Familias Siglo XXI y tengo una vida que hubiera sido increíble entonces, gracias a mi médico Ángel, y sobre todo a Manolo y Palmi (mis padres), a Osear, Manolo y Pedro (mis hermanos) y a mis amigos.

Gracias a todos, gracias a Dios.

Autor: Juan Triviño | Tomado y actualizado con permiso de "Familias Siglo XXI", 2010.

© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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