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Familia e infancia ante los valores de la postmodernidad (parte II)

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JONATAN-POZO(JONATÁN POZO, 27/02/2012) 

Seguimos adelante en nuestra reflexión sobre el impacto de la cultura actual en nuestras familias, en especial su influencia sobre la infancia y la adolescencia.

Vimos en el artículo anterior como el narcisismo se estableció entre nosotros de una forma sutil y para quedarse. Uno de los riesgos que tiene esta tendencia es que es todo un factor de riesgo, y por tanto puede llegar a generar conductas adictivas. Las conductas adictivas son un mecanismo de defensa y regulación ante deficiencias o insuficiencias en la estructura emocional y relacional de las personas.

La cultura narcisista en la que estamos inmersos es un factor de riesgo para los menores. Ellos y ellas, hoy más que nunca, tienen acceso a sustancias, a Internet, a la pornografía, a los videojuegos, a la violencia… sin tener las defensas necesarias para hacer frente a estas amenazas.

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"El nuevo paradigma de la postmodernidad reproduce personas light, niega el dolor,
la pérdida, el sacrificio, el fracaso..."

La erotización de nuestra sociedad, la mercantilización y banalización del sexo, el narcisismo y nuevamente el hedonismo y la superficialidad llenan la mente de niños y niñas desde una edad demasiado temprana. La precocidad en esta área es muy nociva. Les roba la inocencia, les empuja a imitar a los adultos, les crea problemas de relación consigo mismos, con su sexualidad y con los demás.

Los padres y madres y los educadores les hemos de hablar de sexualidad y afectividad con claridad, de forma natural y combatiendo los antivalores que van ganando terreno. Cada edad y etapa tiene una cantidad de información necesaria y suficiente. No los expongamos, ¡no los sobreexpongamos! Aprendamos a controlar el acceso que tienen a Internet, a los programas de televisión, a las revistas… Enseñémosles con nuestro ejemplo, y también con palabras, que el amor es importantísimo, que no es solo pasión, también es respeto, afectividad y, para ellos y ellas es todavía futuro.

La influencia de los medios de comunicación y la tiranía de la moda son una fuerza no siempre positiva y que nos hace más difícil nuestra labor educativa. Detrás de la sociedad de consumo, de los medios de comunicación, de la creación de necesidades, modelos o modas… surgen verdaderas epidemias, como por ejemplo la anorexia, el botellón, la drogadicción, los accidentes de tráfico, la violencia escolar, el ciberacoso… todas ellas terriblemente autodestructivas.

Una consecuencia perversa que la postmodernidad provoca es la escasa tolerancia a la frustración que podemos observar en nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Como también la baja autoestima, hedonismo, nihilismo, dificultades para la comunicación y carencia de responsabilidad.

El nuevo paradigma de la postmodernidad reproduce personas light, niega el dolor, la pérdida, el sacrificio, el fracaso... No podemos preservar a nuestros hijos, o alumnado, de esta parte de la realidad. Hacerlo sí es nocivo. La sociedad que trata de ignorar, ocultar o reprimir fracasa en su intento. Aquí la resiliencia es un concepto que debemos incorporar en nuestro vocabulario, conocerlo, vivirlo y transmitirlo para vacunar a nuestros hijos e hijas contra los efectos perversos de la cultura postmoderna.

Nuestros niños y adolescentes se sienten y se perciben como sujetos de derechos y de una interminable lista de objetos, cada vez más caros. Que los derechos de los menores estén debidamente protegidos es uno de los grandes logros de la humanidad. Pero que solo les mostramos los derechos es una ocultación de la realidad y por tanto constituye un error.

Las vertiginosas transformaciones familiares que estamos experimentando están provocando auténticas crisis de identidad y de valores (el respeto y la autoridad, fundamentalmente). Y con ello entran en crisis las figuras de autoridad, como: el padre, la madre, el docente, el jefe... Un ejemplo de una recreación de la desorientación del edipismo posmoderno (el complejo de Edipo freudiano) lo encontramos en la serie "Los Simpson".

Les espero en el siguiente artículo en el que abordaremos el complejo tema del respeto para responder a cuestiones como: ¿dónde ha quedado el respeto en nuestra sociedad postmoderna?, o ¿cómo nos afecta a quienes ejercemos una labor educativa? Hasta pronto.

Autor: Jonatán Pozo

© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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