DESDE EL CAMINO

Conocer al Dios en el que crees…

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trivio125(JUAN TRIVIÑO, 13/07/2011) Un ejército, un general, 40 años preparando ese momento, una ciudad por conquistar, una batalla que se “huele en el ambiente”… entonces el General comunica a su ejército la estrategia de la conquista… Seis días rodeando la ciudad, para el séptimo día rodear la ciudad gritando con todas sus fuerzas será lo único necesario para que las murallas se vengan abajo.

Josué siempre me ha parecido un tipo valiente. Desde la primera vez, al regresar con la misión de los doce espías enviados por Moisés para observar la tierra prometida, a como enfrenta la batalla de Jericó.

Un líder que fue capaz de dirigir a un pueblo indisciplinado, un líder que manejó las situaciones complicadas de una manera ejemplar.

Todas y cada un de las situaciones que Josué vivió quedan enmarcadas en una promesa “esfuérzate y se valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo…” (Josué 1:8 y9); y un desafío: “Decidid hoy a quien sirváis, pero yo y mi casa serviremos al Señor” (Josué 24:24).

Todas y cada una de las cosas que podemos decir acerca de este hombre vienen dadas por una cuestión básica: Josué conocía muy bien al Dios en el que creía. Por eso fue capaz de ver la tierra prometida y la promesa de Dios mucho más grandes que los “gigantes”; por eso respondió al desafío del Señor cuando le demando valentía y esfuerzo; por eso rodeó Jericó, a pesar de tener soldados suficientes para arrasar la ciudad.

Josué conocía a Dios, un conocimiento basado en la relación personal, en la fe, en la devoción, en el compromiso… Conocía a Dios y confiaba en El sin condiciones, sin límites, sin arrogancia, sin tomar decisiones que no tuvieran en cuenta al Dios Altísimo.

Así quiero conocer a Dios, y no ver gigantes más grandes que Sus promesas, que su misericordia, fidelidad y amor.

Que Dios te bendiga.

Autor: Juan Triviño

© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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