ISRAEL

Netanyahu no logra formar gobierno y se mantiene el bloqueo político en Israel

( 1 Voto )
a / A
Larger Font Smaller Font

El opositor Yair Lapid, experiodista que está al frente de la formación de centro Yesh Atid, tiene ahora 28 días para intentar formar Gobierno. Por primera vez desde 1992, el voto árabe puede resultar determinante en el Estado judío

(JERUSALÉN, 05/05/2021) Después de cuatro elecciones en menos de dos años, Israel no escapa a la situación de bloqueo político y Benjamín Netanyahu no ha sido capaz de formar gobierno. La última jornada de los 28 días de plazo que el presidente Reuven Rivlin dio al primer ministro para forjar alianzas y sumar los 61 escaños necesarios estuvo marcada por la incertidumbre hasta el último instante.

El primer ministro, que es objeto de un proceso judicial por corrupción, realizó varios movimientos de última hora para intentar asegurarse el apoyo de Naftali Bennet, líder del partido de ultraderecha Yamina

El primer ministro, que es objeto de un proceso judicial por corrupción, realizó varios movimientos de última hora para intentar asegurarse el apoyo de Naftali Bennet, líder del partido de ultraderecha Yamina, e incluso le ofreció la posibilidad de una jefatura de gobierno rotatoria dándole la opción de ser él quien arranque la legislatura, pero no funcionó. Además, con los siete escaños de Yamina no era suficiente para sumar los 61 asientos y precisaba del apoyo de los islamistas de Raam, una línea roja para Sionismo Religioso, formación de colonos que se sitúa a la derecha de la extrema derecha y que también apoya a Netanyahu.

El Likud, partido del primer ministro, apuró hasta el último segundo la jornada e impulsó varios proyectos de ley, incluido uno para aprobar la celebración de elecciones directas al cargo de primer ministro.

Si Yair Lapid fracasa en su misión, se procederá a disolver el parlamento e Israel tendrá que volver a las urnas por quinta vez.

Horas después de que expirara el plazo legal para Netanyahu, el presidente de Israel, Reuven Rivlin ha encargado este miércoles al líder centrista Yair Lapid, experiodista de 57 años, la ardua misión de configurar una coalición gubernamental en menos de cuatro semanas. Si fracasa en su misión, se procederá a disolver el parlamento e Israel tendrá que volver a las urnas por quinta vez.

Su única alternativa para evitar las quintas elecciones legislativas desde 2019 –las últimas se celebraron el 23 de marzo– consiste es pactar un Ejecutivo de unidad nacional con siete partidos de oposición, varios de los cuales presentan programas abiertamente enfrentados.

“Está claro que el diputado Lapid puede llegar a formar un Gobierno con la confianza de la mayoría de la Kneset (Parlamento) a pesar de las numerosas dificultades que tiene por delante”, anunció Rivlin en un discurso televisado a la nación en la tarde del miércoles, después de haber mantenido durante la jornada consultas con los líderes de los partidos. El presidente israelí precisó que el candidato centrista a primer ministro contaba con el aval de 56 de los 120 escaños de la Cámara (necesita reunir 61 para formar Gobierno).

Por primera vez desde 1992, cuando contribuyó a la investidura del laborista Simón Peres, el voto árabe puede resultar determinante en el Estado judío.

Lapid cuenta en principio con su propio partido, Yesh Atid, que fue el segundo más votado en los últimos comicios, con 17 escaños. Además, dos formaciones conservadoras escindidas de la órbita del Likud de Netanyahu le han avalado ante el presidente; al igual que el Partido Laborista, Meretz (izquierda pacifista) y cinco de los seis diputados de la Lista Conjunta (coalición árabe), que junto a otra pequeña fuerza islamista represan al 21% de los israelíes con orígenes palestinos. Por primera vez desde 1992, cuando contribuyó a la investidura del laborista Simón Peres, el voto árabe puede resultar determinante en el Estado judío.

Lapid saltó a la política en 2013 desde la plataforma de su popularidad como presentador de la televisión. Impulsó desde el Gobierno (entre 2013 y 2015) reformas legales en favor de la laicidad del Estado que le convirtieron en el gran rival de los ultrarreligiosos. Su oferta de Ejecutivo de amplia coalición, centrado en la gestión de la crisis económica que se deriva de la pandemia, cuenta con el apoyo el 43% de los ciudadanos, según una encuesta del canal 13 de la televisión israelí, que también rechazan otra repetición de los comicios.

Por encima de la división tradicional entre derecha e izquierda, la cámara israelí, como la calle, se divide entre partidos pro y anti Netanyahu y los dos bloques necesitan el apoyo de los islamistas de Raam para tener opciones de gobierno. El partido de Mansour Abbas, con cuatro diputados, se ha convertido en el partido bisagra que los dos bloques precisan para poder llegar al límite de los 61 escaños que permiten formar gobierno.

El primer ministro, acosado por la Justicia, se juega de verdad su futuro y en estas situaciones límite es cuando suele demostrar que es un auténtico superviviente, por eso hasta el último instante toda la atención estuvo puesta en si sacaba o no un conejo de su chistera.

Fuente: ABC, EL PAÍS / Edición: Actualidad Evangélica