OBITUARIO

Muere Desmond Tutu, un símbolo de la lucha contra el ‘apartheid’ en Sudáfrica

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El arzobispo protestante y Nobel de la Paz fallece a los 90 años tras ser hospitalizado a principios de mes por una infección

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Desmond Tutu atiende a la prensa en Ciudad del Cabo, en 2010. GETTY

(JOHANESBURGO, 27/12/2021) El arzobispo emérito anglicano Desmond Tutu, uno de los grandes símbolos en la lucha contra el apartheid en su país, falleció este domingo por la mañana a la edad de 90 años.

Premio Nobel de la Paz en 1984, presidente de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación que trató de cerrar la herida de la segregación racial y activista sin descanso por la igualdad y los derechos humanos, su pérdida ha causado una gran conmoción. Tutu, un referente moral para Sudáfrica y para millones de personas en todo el mundo, había sido ingresado hace tres semanas en un hospital sudafricano a causa de una infección.

Desmond Tutu nació en 1931 en un gueto de población negra de la pequeña ciudad minera de Klerksdorp, al oeste de Johanesburgo. Tras sufrir la poliomielitis de pequeño se despertó su intención de ser médico, pero la falta de recursos de su familia hizo que acabara siendo profesor, como su padre. En 1955 se casó con Nomalizo Leah Shenxane, que también era maestra, con quien tuvo cuatro hijos. Sin embargo, descontentos por la discriminación que sufrían los alumnos negros en las escuelas, Desmond Tutu y su esposa decidieron abandonar la docencia. Tras estudiar Teología, fue ordenado sacerdote en 1960.

Desmond Tutu participa en un mitin, en una imagen sin fecha.

A lo largo de su vida ocupó distintas responsabilidades en el seno de la Iglesia Anglicana, primero como obispo de Lesotho y de Johanesburgo y posteriormente como Arzobispo de Ciudad del Cabo, así como secretario general del Consejo de Iglesias de Sudáfrica, cargos desde los que siempre mantuvo una posición muy crítica con el apartheid, defendiendo con su verbo libre y agudo sanciones económicas contra su propio país así como acciones de lucha no violenta y desobediencia civil. “Sed amables con los blancos”, dijo en una ocasión durante los tiempos más oscuros de la discriminación racial, “os necesitan para redescubrir su humanidad”. Solo sus hábitos y su enorme popularidad le libraron de ir a la cárcel. Por su firme compromiso con esta causa recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984.

La liberación de Nelson Mandela y otros presos políticos y la abolición del sistema de segregación permitieron las primeras elecciones libres y democráticas en 1994. Fue en esos años cuando Desmond Tutu bautizó a Sudáfrica como la nación del Arco Iris, una expresión que tuvo gran éxito. “Camino sobre nubes. Es un sentimiento increíble, como de enamorarse”, dijo entonces, “nosotros, los sudafricanos, vamos a convertirnos en el pueblo arco iris del mundo”. Tras el triunfo de Mandela en las elecciones, este le escogió como presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Pocos con más autoridad moral que él para dirigir el órgano en el que la recién nacida Sudáfrica sin apartheid debía abrirse en canal y tratar de sanar sus heridas.

El Arch, como era conocido en Sudáfrica por el diminutivo de arzobispo en inglés, se había retirado oficialmente de la vida pública en 2010, pero las opiniones de quien estaba considerado la conciencia moral de Sudáfrica eran muy escuchadas. En 1997 sufrió un cáncer de próstata que está en el origen de sus frecuentes visitas al hospital a partir de entonces. Falleció apaciblemente a las siete de la mañana hora sudafricana, según aseguraron a la agencia France Presse personas de su círculo más próximo. Para eso también estaba listo. “Me he preparado para mi muerte y he dejado claro que no quiero ser mantenido vivo a cualquier costo”, escribió en The Washington Post en 2016, “espero ser tratado con compasión y que se me permita pasar a la siguiente etapa de la vida de la forma que yo elija”.

Fuente: EL PAÍS / Edición: Actualidad Evangélica