PIEDRA DE TOQUE | Por Mario Vargas Llosa

Apogeo y decadencia de Occidente

( 4 Votos )
a / A
Larger Font Smaller Font

El premio Nobel de literatura en 2010, Mario Vargas Llosa, analiza en su columna en EL PAÃS, un libro erudito en el que se analizan las causas del desarrollo de Occidente y de la China de las últimas décadas. Entre ellas destaca "la ética protestante del trabajo", que en el gigante asiático iría de la mano del extraordinario crecimiento de las iglesias y los empresarios "reformados".

20130114-5a

(Redacción, 10/01/2013) En su columna “Piedra de toque†del pasado 10 de enero de 2013, en EL PAÃS, el premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, analizaba un libro del profesor de Harvard, Niall Ferguson, Civilización: Occidente y el resto.

LOS EFECTOS POSITIVOS DE LA REFORMA PROTESTANTE

En este libro, según explica Vargas Llosa, Ferguson expone “las razones por las que, a su juicio, la cultura occidental aventajó a todas las otras y durante quinientos años tuvo un papel hegemónico en el mundo, contagiando a las demás con parte de sus usos, métodos de producir riqueza, instituciones y costumbres. Y, también, por qué ha ido luego perdiendo brío y liderazgo de manera paulatina al punto de que no se puede descartar que en un futuro previsible sea desplazada por la pujante Asia de nuestros días encabezada por Chinaâ€.

“El libro es erudito y a la vez amenoâ€, explica el escritor peruano, “aunque no excesivamente imparcial, pues privilegia los aportes anglosajones y, por ejemplo, ningunea los franceses, y acaso sobrevalora los efectos positivos de la reforma protestante sobre los católicos y los laicos en el progreso económico y cívico del Occidenteâ€.

“Ferguson defiende la civilización occidental sin complejos ni reticencias pero es muy consciente del legado siniestro que también constituye parte de ella —la Inquisición, el nazismo, el fascismo, el comunismo y el antisemitismo, por ejemplo—“.

En cuanto al imperialismo y al colonialismo, el profesor de Harvard cree que “haciendo las sumas y las restas, y sin atenuar para nada las matanzas, saqueos, atropellos y destrucción de pueblos primitivos que causaron, fueron más positivos que negativos pues hicieron retroceder la superstición, prácticas y creencias bárbaras e impulsaron procesos de modernizaciónâ€. Para Vargas Llosa, en cambio, esto es bastante difícil de compartir.

LA ÉTICA PROTESTANTE DEL TRABAJO Y EL DESARROLLO DE CHINA

Quizás, uno de los aspectos de mayor interés para los lectores cristianos, especialmente para los protestantes, será el análisis que Ferguson hace sobre la relación directa entre el desarrollo económico que está experimentando China, y el extraordinario crecimiento de las iglesias protestantes en la región. Vargas Llosa cita el ejemplo extraordinario de la ciudad de Wenzhou, conocida como “la Jerusalén chinaâ€, donde hace treinta años había una treintena de iglesias protestantes y ahora hay 1.339 aprobadas por el Gobierno chino (y muchas otras no reconocidas).

“En Wenzhou, buen número de empresarios emergentes asumen abiertamente su condición de cristianos reformados y la asocian [la transformación económica de China] estrechamente a su trabajo. La entrevista que celebra Ferguson con uno de estos prósperos “jefes cristianos†de Wenzhou, llamado Hanping Zhang, uno de los mayores fabricantes de bolígrafos y estilográficas del mundo, es sumamente instructivaâ€, explica Vargas Llosa.

OCCIDENTE: EL CRISTIANISMO SE ENCOGE Y LA CORRUPCIÓN AVANZA

“Las críticas de Niall Ferguson al mundo occidental de nuestros días son muy válidas. El capitalismo se ha corrompido por la codicia desenfrenada de los banqueros y las élites económicas, cuya voracidad, como demuestra la crisis financiera actual, los ha llevado incluso a operaciones suicidas, que atentaban contra los fundamentos mismos del sistema. Y el hedonismo, hoy día valor incontestado, ha pasado a ser la única religión respetada y practicada, pues las otras, sobre todo el cristianismo tanto en su variante católica como protestante, se encoge en toda Europa como una piel de zapa y cada vez ejerce menos influencia en la vida pública de sus nacionesâ€, señala el premio Nobel. “Por eso la corrupción cunde como un azogue y se infiltra en todas sus instituciones. El apoliticismo, la frivolidad, el cinismo, reinan por doquier en un mundo en el que la vida espiritual y los valores éticos conciernen sólo a minorías insignificantesâ€.

Vargas Llosa cree, no obstante, que Ferguson olvida un elemento decisivo en el progreso de Occidente: el espíritu crítico.

“En el libro de Niall Ferguson hay una ausencia que, me parece, contrarrestaría mucho su elegante pesimismoâ€, dice Vargas Llosa. “Me refiero al espíritu crítico, que, en mi opinión, es el rasgo distintivo principal de la cultura occidental, la única que, a lo largo de su historia, ha tenido en su seno acaso tantos detractores e impugnadores como valedores, y entre aquellos, a buen número de sus pensadores y artistas más lúcidos y creativosâ€.

>> Leer el artículo completo en EL PAÃS

Fuente: EL PAÃS / Mario Vargas Llosa, 10 de enero de 2013 | Redacción: Actualidad Evangélica