BUEN FIN DE SEMANA

HUYÓ…

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cristian-francoCRISTIAN FRANCO, 28/03/2014 |

“La huida no ha llevado a nadie a ningún sitio”
Antoine de Saint-Exupéry

Le parecía que había muchas maneras de enfrentar el problema. No lo había considerado aún, es cierto, pero pronto lo asaltaría una inquietud latente: ¿y si en vez de obrar de una forma determinada, como su conciencia y sus compañeros le aconsejaban, tomaba la decisión de huir?

Al principio fue algo sutil. Nadie se dio cuenta de lo que hacía. Simplemente soslayaba los deberes cotidianos, como quien efectúa pequeñas acciones de combate o se involucra en una acción lenta, soporífera por momentos, de desgaste del contrincante. No lo sabía. Pero cada paso que daba lo alejaba unos milímetros y segundos de la necesidad de asumir las cosas.

De ese modo, poco a poco, con prisa y algo de pausa, se fue corriendo del escenario que lo tenía como protagonista para dejar vacantes muchos de los roles que había desempeñado hasta entonces. ¡Ya no sería cómplice de compromisos previos! ¡Ya no tendría el fastidio continuo de acomodar su sonrisa! ¡Ya no participaría en lo que consideraba un “esbozo cíclico de relaciones desdibujadas en las que se requiere entrega permanente”! ¡Ya no sería responsable de nada aparte del tiempo inmediato!

Y un día ocurrió. ¡Es que tarde o temprano sucedería! Cada espacio de la cuadrícula que hasta entonces ocupaba –los cafés con amigos, las charlas de mañana, los esfuerzos mancomunados y las meriendas de los domingos frente al río– quedaron con un vacío blanco y transparente, ese que a simple vista no se percibe con los sentidos pero sí a fuerza de la fraternidad de correrías compartidas.

Huyó. Se escapó. Ahora estaba ausente.

El rastro de sus migajas no permite definir motivos ni motivaciones. Algunos dicen que fue fastidio, quizá. A lo mejor no supo cómo y prefirió salirse, afirman otros. La fragilidad de su arraigue, las miradas superficiales y las expectativas de papel tal vez contribuyeron con la dirección que tomaron sus pasos.

Una cosa u otras realidades. ¡Quién lo sabe! Ojalá algún día tenga las agallas para desafiliarse del montón que prefiere huir y logre abrazar la vida con todos sus matices y sabores. ¿Por qué perderse la aventura de estar a rostro descubierto en las distintas estaciones del tiempo?

Autor: Cristian Franco

© 2014. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA.Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.

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