BUEN FIN DE SEMANA

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cristian-francoCRISTIAN FRANCO, 06/12/2013 | “Quiero que sientan la satisfacción que implica completar un proyectoâ€. Palabras más, palabras menos, nuestro profesor de ilustración de libros infantiles empleó dicha frase para motivarnos como alumnos a realizar y concluir una tarea que nos asignó como parte de nuestro proceso de aprendizaje. Y estaba en lo cierto. Eso fue exactamente lo que experimenté cuando llegó el día señalado y coroné mi esfuerzo con la entrega del trabajo.

Esto me llevo a pensar en la cantidad de “cabos sueltos†con los que solemos acostumbrarnos a vivir en nuestro tiempo. Como si nos resultara muy difícil llegar a la realización de los objetivos, por no mencionar la incapacidad para siquiera sostener los primeros pasos del trayecto.

Ocurre todos los días:

…Matrimonios que se diluyen al cabo de pocos años.

…Carreras de estudio que se dilatan indefinidamente.

…Libros que terminan en un estante sin que la lectura transcurra más allá del promedio.

…Composiciones musicales que nunca pasan de los primeros acordes.

…Resoluciones de Año Nuevo que mueren en marzo… tal vez abril… seguro en mayo.

…Sueños que se esfuman ante la primera escaramuza.

…Dietas cíclicas que comienzan cada lunes (y concluyen cada martes).

Son muchos los motivos y variadas las razones que podríamos enunciar para dar explicación que justifique tal o cual abandono. Y gran parte de ello probablemente sea valedero. Pero aquí sencillamente deseo llamar nuestra atención a esa tendencia humana que atraviesa toda cultura y región y que nos lleva a no concluir ni completar ni acabar aquello que oportunamente comenzamos. ¿Qué nos ocurre?

De mi propia experiencia puedo señalar tres causas principales: temor a enfrentar el fracaso o a vivir con el éxito, sentido de comodidad y tranquilidad de no exigirme más de lo “normalâ€, y falta de disciplina sostenida en el tiempo.

Tal vez podamos aprovechar estos últimos días del año (o los primeros del próximo) para repensar nuestra realidad. Quizá debamos reducir la cantidad de planes y proyectos a fin de concentrarnos en menos cosas. A lo mejor necesitemos bajar las expectativas en cuanto a la obtención de los resultados sin dejarnos llevar por la agitación del “¡Llame ya, llame ahora!†tan típica de nuestro tiempo. Probablemente tengamos que rediseñar nuestro calendario (dentro de nuestras posibilidades) para conceder más tiempo a lo que estamos emprendiendo. Y seguramente debamos alimentar nuestra voluntad a fuerza de lograr metas menores que nos ayuden a llegar al objetivo final.

Porque ninguno de nosotros desea vivir en frustración y desánimo continuos. Queremos experimentar la satisfacción que significa completar los planes, deseos y proyectos.

Autor: Cristian Franco

© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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