SILBO APACIBLE
Injusticias constitucionales
GUILLEM CORREA, 27/09/2013 | Los protestantes tenemos una larga y triste experiencia sobre las injusticias constitucionales. Siempre hemos sido legalmente ciudadanos de segunda -constitucionalmente hablando-.
L贸gicamente las Leyes de Libertad Religiosa, y las normativas que se derivan para su aplicaci贸n, han reflejado esta realidad.
Este criterio se aplica incluso en el presente marco democr谩tico.
La Ley de Libertad Religiosa actualmente vigente no regula los Derechos Colectivos de las Minor铆as Religiosas -que es su principal raz贸n de ser-. La Ley, que fue aprobada por unanimidad por el Parlamento Espa帽ol, consiente que haya diferencias y desigualdades entre la confesi贸n mayoritaria y el resto de confesiones religiosas. M谩s a煤n: entre la sociedad civil organizada y las confesiones religiosas minoritarias.
La conclusi贸n a la que nos lleva este hecho es que el actual marco democr谩tico no da respuesta a las demandas de justicia y de igualdad de las minor铆as religiosas.
Seguramente por esta raz贸n el actual Presidente de la Federaci贸n Protestante, la FEREDE, a los pocos d铆as de tomar posesi贸n de su cargo ya pidi贸 p煤blicamente la reforma de la actual constituci贸n.
Naturalmente que en los casi cuarenta a帽os de democracia se han producido avances en materia de libertad religiosa. Lo que hay que aclarar es que estos avances se han producido m谩s por la bondad de determinadas personas, que han tenido responsabilidades en la materia, que por una voluntad pol铆tica de hacer justicia a las minor铆as religiosas.
驴Es la actual constituci贸n la herramienta que ha de resolver el desencaje de las minor铆as religiosas? La 煤nica respuesta posible que podemos aportar es el hecho de que hasta ahora de poco nos ha servido.
Que un principio sea constitucional no quiere decir que sea justo. Seguramente ser谩 legal pero una legalidad que ampara una injusticia dif铆cilmente perdura en el tiempo sin que genere rechazo.
Y eso es lo que est谩 pasando con esta constituci贸n.
Si la constituci贸n, o su aplicaci贸n, no conlleva la justicia colectiva que se le demanda, o hay que cambiarla o hay que cambiar el criterio de aplicaci贸n.
Lo que podemos constatar es que algo se ha hecho mal hasta ahora.
Y los protestantes no queremos esperar otros 40 a帽os para dejar de ser ciudadanos de segunda.
Autor: Guillem Correa
漏 2013. Este art铆culo puede reproducirse siempre que se haga de forma聽gratuita聽y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANG脡LICA como fuente.
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