SILBO APACIBLE

Militancia y espiritualidad católica

( 1 Voto )
a / A
Larger Font Smaller Font

guillemGUILLEM CORREA, 08/03/2012 | Jordi Llisterri escribió hace unos días en ‘Catalunya Religió’ un inteligente artículo titulado “Siete millones que van a misa” donde analizaba la situación de la Iglesia Católica actual. Una de las conclusiones que aporta el articulista es que la asistencia a misa ha pasado del 31,9% de hace treinta años a la actual del 11,2%.

La reflexión que aporta, con estos datos en la mano, es que “con obispos de un color y de otro”, y cito literalmente, “los datos han ido en los últimos años a la baja”.

Es decir: hay menos católicos practicantes y esta cifra no se ha visto mejorada, sea una o sea otra la tendencia de la jerarquía.

A pesar de estas dos constataciones seguramente nos equivocaríamos si redujéramos la situación de la Iglesia Católica a la realidad de las cifras.

La Iglesia Católica es mucho más que sus cifras, como la realidad protestante es mucho más que nuestras estadísticas. Pero hay más. La espiritualidad no se explica sólo en cifras. En los últimos tiempos, por lo que he podido ir conociendo, la espiritualidad católica ha recuperado terreno.

Otra valoración puede ser si nos sentimos más próximos o más alejados de esta espiritualidad o si reúne en su interior tendencias incluso contradictorias. Sea una realidad u otra, o incluso las dos a la vez, lo cierto es que hay signos nuevos de la espiritualidad católica.

No tengo suficientes datos para saber si estos signos de espiritualidad son lo suficientemente fuertes para contrarrestar o para desmentir la tendencia de las cifras. Lo que sí puedo constatar que la nuestra es una sociedad cada vez más secularizada y éste es un dato que debe preocupar no sólo a los católicos, sino también a los protestantes -entre otros-.

En una comida, esta semana, no pude dejar de decir en voz alta: no seamos tan complacientes con nosotros mismos. Dejemos de levantar nuestro dedo acusador para señalar a todos los culpables de la crisis de valores y de espiritualidad que nos rodea. ¿No sería mejor que nos preguntáramos qué más podemos hacer para ser sal en la tierra, para ser luz en la oscuridad y para ser consuelo a los desvalidos, tal y como Jesús nos enseñó a hacerlo?

El resto de comensales asintieron, pero yo sigo haciéndome la misma pregunta.

Autor: Guillem Correa Caballé

© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

Otros Articulos de Guillem Correa