DESDE EL CAMINO
¿Ética protestante para salir de la crisis?
(JUAN TRIVIÑO, 14/09/2011) La semana pasada regresaba en coche a casa en un viaje de unos
La tesis mantenida era que todo se basaba en la confianza y la falta de ella. Los paÃses del norte de Europa, que están mucho mejor que Grecia, Italia y España (paÃses Mediterráneos), no confÃan en que los paÃses del sur puedan devolver los préstamos que les están haciendo, y es por eso que las tan manidas primas de riesgo de los paÃses del Mediterráneo están bailando al son que marca Alemania, Suiza, especuladores, etc..
Pero es que la confianza, continuaba la disertación, viene de la palabra FE, confiar es tener fe en que algo suceda. Confiar en alguien es tener fe en esa persona, y solo se tiene Fe, o confianza en aquellos con los que compartes creencias. Por ese motivo, entre otros, los paÃses del norte PROTESTANTES no confÃan, no tienen FE, en los paÃses del sur CATÓLICOS. No tienen fe en que cumplan sus obligaciones porque lo cierto es que no damos señales de que nuestra "palabra" sea una garantÃa para ellos.
La verdad es que este desarrollo, que comparto en muchos aspectos, se queda a medias si no pensamos en un par de cuestiones que van más allá.
¿Por qué los paÃses del norte Protestantes están mejor que los del sur Católico? ¿No será que la ética protestante, como compartÃa hace un par de meses con mi amigo el autor Mario Escobar, está totalmente asumida por los ciudadanos y los gobiernos de estos paÃses donde se pagan más impuestos, hay menos corrupción, menos picaresca, menos trampas y más solidaridad entre ciudadanos?
¿No será que la ética de los paÃses católicos está corrompida porque no apela a la fe y la creencia como autoevaluación ante las decisiones, y se basa en las reprimendas de una jerarquÃa católica, a la que le dicen si y amén a la cara, y que a la espalda todo el mundo desobedece?
En España nos quejamos de las diferencias entre el norte y el sur, pero pedimos las facturas sin IVA, si no pagamos a Hacienda mejor, el más listo es el que más engaña y le aplaudimos por ello, pero después queremos que las instituciones funcionen cuando estas solo son el reflejo de una sociedad que permite, acepta y hasta puede aplaudir al que prefiere cobrar el paro a trabajar porque gana más, o al que cobra del paro y mantiene un negocio en la sombra.
Si no apostamos por la honestidad, por la claridad, por la honradez y la transparencia, tardaremos mucho más en salir de una crisis que se me antoja económica, pero sobre todo ética.
Que Dios nos bendiga a todos.
Autor: Juan Triviño
© 2011. Este artÃculo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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