SEVILLA / CARMONA

Abigail Fernández gana el I Concurso de Microrrelatos Solidaria’17 organizado por Oxfam-Intermón Sevilla

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La autora es colaboradora ocasional de Actualidad Evangélica.

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Abigail Fernández Aguirre 

(Redacción, 02/02/2018) El pasado domingo 28, en Carmona (Sevilla) se entregaron los premios correspondientes al I Concurso de Microrrelatos Solidaria’17, organizado conjuntamente por Intermón-Óxfam Sevilla y la revista El Grifo Información.

Bajo el seudónimo de “A. Worsley”, nustra compañera Abigail concursó con su microrrelato titulado, “Mónica”, con el que se impuso a los 11 finalistas elegidos tras un arduo trabajo de selección entre textos llegados desde distintas ciudades de España e Hispanoamérica.

El acto de entrega de premios tuvo lugar en el Salón de Presos del Alcázar de la Puerta de Sevilla, en Carmona, y se inició con un par de intervenciones a cargo de Nereida Domínguez, de Andalucía Acoge (“Desigualdades y desplazamientos de población”) y de la escritora, María del Carmen Fernández (“La palabra al servicio de la sociedad”).

Seguidamente, integrantes de la Escuela Municipal de Teatro de Carmona, “Félix Gómez”, procedieron a la lectura dramatizada de los tres textos premiados.

Por último, el Jurado anunció los nombres de los ganadores, procediendo a la entrega de los premios.

Tras el cierre del acto, concursantes, miembros del Jurado y representantes de las entidades organizadoras, realizaron una visita guiada por Carmona organizada por Adarve, Patrimonio Cultural.

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Paseo por Carmona. Tras el acto de entrega de los premios, los participantes disfrutaron de un paseo por la bella ciudad sevillana. 

ACERCA DE LA AUTORA

Abigail Fernández Aguirre, nació en Barcelona en 1991, en el seno de una familia cristiana, y reside en Madrid desde 1995. Se tituló en los estudios de Bachillerato de Humanidades en 2009, y posteriormente obtuvo un Grado de Estudios Ingleses en la Universidad Complutense de Madrid.

Le gustan las actividades relacionadas con la música, el teatro y el cine, pero sobre todo con los libros. En abril de 2008 publicó su primera novela, Las libélulas son bellas (Ediciones Noufront).

Ha realizado diferentes trabajos de traducción para Publicaciones Andamio y trabajado como redactora de Sociedad Bíblica de España, dando vida a "Biblito", un personaje dirigido a promover la lectura de la Biblia entre el público infantil.

Desde Actualidad Evangélica felicitamos a nuestra colaboradora por este premio y le deseamos muchos y más grandes éxitos.

 

“Mónica”

Por Abigail Fernández Aguirre

La miro durante solo un segundo, como por acto reflejo, y ese es mi gran error. Tendría que haber seguido mirando el móvil. Solo ha sido una mirada, pero me basta para distinguir el bulto que abraza contra su pecho, envuelto en una manta. Mis ojos huyen. Pero ya es tarde.

Ella se llama Mónica, como yo. Lo sé porque siempre se presenta, siempre anuncia su identidad con esa voz anémica que tiene, cortando el silencio del vagón: «Señores, me llamo Mónica, perdonen…». ¿Por qué lo hace? Su desgracia no es solo suya: la comparte con muchos que también suben al tren extendiendo sus manos vacías, y con otros miles alrededor del mundo. Sus palabras no son solo suyas: las oímos a menudo en los programas de noticias y en debates políticos. Ni siquiera su rostro es solo suyo: ya lo hemos visto hoy en las aceras, refugiado en portales, escondiéndose detrás de mensajes escritos en cartón. Ellos irrumpen en nuestras vidas y agitan nuestras conciencias, sí, pero podemos aceptarlo mientras solo sean eso: una realidad social. Números. Problemas económicos.

¿Por qué ella tiene que tener un nombre?

—… estoy enferma y nadie me da trabajo. Por favor. Mis hijos tienen hambre. Nos echaron de nuestra casa…

Refugio mis ojos en la pantalla, leyendo mis mensajes y esforzándome por ignorar el suyo. Siempre me irrita cuando llevan niños consigo. Pedir dinero es una cosa, pero utilizar a un bebé para manipular a la gente es retorcido. Tus hijos no tienen la culpa, no los metas en esto. Harías mejor en dejar a la criatura en… en…

—Cualquier cosa, de verdad. Unas monedas. Comida. Yo no quiero molestarlos, pero…

El tren llega a mi parada y suspiro. Puede que una voz en mi interior diga «menos mal», pero la acallo con otra mucho más fuerte: «Es una pena, alguien debería solucionar esto». Pienso, sobre todo, en llegar cuanto antes al andén.

Tengo que bajar con cuidado, así que tardo unos segundos de más. Por eso no puedo evitar que un último dardo de Mónica me alcance antes de salir:

—Tuve estudios, un trabajo… Señores, les deseo una fortuna mayor que la mía, pero sepan que no soy especial, que esto podría pasarle a cualquiera…

La puerta se cierra (por fin) y el tren se marcha, pero me deja su ruido ensordecedor. Cierro los brazos sobre mi voluminoso vientre casi sin darme cuenta, como si así pudiera tapar los oídos de la criatura que desde hace ocho meses crece dentro de mí. Pero en el fondo sé que, aunque no haya oído las palabras de Mónica, sin duda las siente ahora a través de mi miedo.

«Podría pasarle a cualquiera».

© 2017. Abigail Fernández Aguirre

 

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Fuente: Oxfam-Intermón, El Grifo Información / Redacción: Actualidad Evangélica

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