SIN ÁNIMO DE OFENDER / por Jorge Fernández
Gobiernos en (de)funciones...
(JORGE FERNÁNDEZ, 28/04/2016) | En los últimos meses, los españoles nos hemos familiarizado con algunas expresiones que, en nuestra joven tradición democrática, desconocíamos casi por completo. Es el caso de “Gobierno en funciones” o “Presidente en funciones”, que se ha convertido en una muletilla reiterada en las informaciones sobre el quehacer político español, durante estos cuatro meses de investiduras rehuidas o fallidas.
"El de Teodoro Obiang… ¡ese sí que es un gobierno fuerte! ¡Cuántos políticos europeos soñarían con ganar las elecciones con el 99% de los votos! Pero… ¡pobre democracia, tan débil!” |
Y, a juzgar por la experiencia, lo que estamos aprendiendo es que, un “Gobierno en funciones”, viene a ser como una especie de “Estado de excepción”, en el que el poder ejecutivo puede seguir mandando, pero sin la obligación de dar cuentas al Parlamento sobre su gestión. Eso sí, mandando poco y sin capacidad de reacción ante problemas acuciantes de la ciudadanía.
Podríamos concluir además que, por esa situación de interinidad, un “Gobierno en funciones” es un ejecutivo débil y precario, que puede “gestionar lo que hay”, pero no puede “desarrollar políticas” para atender situaciones importantes, o de emergencia social.
Y entonces, a uno se le antoja la maldad de pensar que, bien mirados, son pocos los gobiernos europeos que, hoy por hoy, pueden mostrar algo más que eso. Muchos de ellos, no solo el español, vienen actuando como si estuvieran “en funciones” durante todo su mandato. Gobiernos que, ante algunos retos urgentes que apremian a la ciudadanía, y frente a aquellos grandes desafíos globales que requieren acciones políticas estratégicas, contundentes y de largo alcance, destacan por su “pasividad” y como meros “gestores de lo que hay”, sin apenas capacidad de reacción, y actuando a remolque de las circunstancias.
Meros “gestores”, sin habilidades para la política en un contexto diverso, plural y, por lo tanto, complejo, culpándose unos a otros de no permitir acuerdos cuando, en realidad, lo que lamentan –aunque no sea políticamente correcto admitirlo--, es que los ciudadanos hayamos votado como hemos votado, repartiendo nuestros votos entre opciones diferentes y negándole el “cheque en blanco” de una mayoría absoluta a cualquiera de las opciones.
"... un efecto perverso de esta situación de debilidad de nuestro liderazgo europeo, es la inacción tan escandalosa ante los pedidos de asilo por parte de los refugiados o, para atender casos como el de los militantes del partido Ciudadanos por la Innovación (CI), en Guinea Ecuatorial” |
“Necesitamos un Gobierno fuerte”, afirman unos y otros, “con capacidad para hacer las reformas que necesita el país y también Europa”. Lo que traducido al lenguaje llano viene a querer decir: “si mi partido no tiene una mayoría que le permita imponer nuestras políticas sin impedimentos burocráticos (¡léase “debate parlamentario”!), no podemos hacer nada”.
Desde esa perspectiva, hay que recordarles a nuestros líderes políticos que “un Gobierno fuerte” suele ser sinónimo, en la práctica, de “una democracia débil”. Y si no, que se lo pregunten a los ecuatoguineanos. El de Teodoro Obiang… ¡ese sí que es un gobierno fuerte! ¡Cuántos políticos europeos soñarían con ganar las elecciones con el 99% de los votos! Pero… ¡pobre democracia, tan débil! Y ¡pobres ecuatoguineanos, tan lejos de ver cumplidos sus anhelos de libertad y de justicia social!
OÍDOS SORDOS PARA PRESTAR AUXILIO...
Precisamente, un efecto perverso de esta situación de debilidad de nuestro liderazgo europeo, es la inacción tan escandalosa ante los pedidos de asilo por parte de los refugiados o, para atender casos como el de los militantes del partido Ciudadanos por la Innovación (CI), en Guinea Ecuatorial, que cumplen hoy su quinto día de encierro bajo el asedio y amenazas por parte del ejército de Teodoro Obiang, con 200 personas sobreviviendo en una situación límite, sin agua, ni comida, ni medicamentos, muchos de ellos mujeres, ancianos y niños. Un caso sobre el que, por cierto, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) también se ha pronunciado, a través de un comunicado.
Hasta el momento, los desesperados pedidos de socorro del líder del CI, Gabriel Nsé Obiang Obono, dirigidos a los gobiernos de EEUU, de Europa, y al conjunto de la comunidad internacional, parecen estar llegando a oídos sordos.
Si esto sigue así, mucho nos tememos que, de parecer “Gobiernos en funciones”, nuestras instituciones europeas terminarán convirtiéndose en “Gobiernos en (de)funciones”, responsables inexcusables de las muertes de muchas personas indefensas --Dios no lo permita-- que hoy golpean a las puertas de nuestros Estados con desesperación, pidiendo auxilio.
¡Qué Dios tenga misericordia!
Autor: Jorge Fernández
© 2016. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA.Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
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