SIN ÁNIMO DE OFENDER
¿Qué clase de feminismo defiende la prostitución?
(JORGE FERNÁNDEZ, 17/12/2015) | Sinceramente, no entiendo a ese sector del feminismo en España que defiende legalizar la prostitución. Que denuncia, con razón, el modelo de sociedad patriarcal en el que se fragua el machismo, así como la situación de vulnerabilidad de la mujer en ese entorno y, sin embargo, defiende la legitimación de la mayor expresión del dominio del hombre sobre una mujer: la compra de su cuerpo.
Como bien lo dijo, en el II Seminario #RompeLaCadena, celebrado hace unos días, la profesora Rosa Cobo, feminista de izquierdas, nada sospechosa de predicar moralina: “la prostitución invade el último reducto de soberanía de la mujer: su sexualidad”.
"...feministas [que consideran] legítimo–y, por lo tanto, objeto de reconocimiento legal—que una mujer se inflija a sí misma, “voluntariamente” esa “forma extrema de violencia de género”, que es la prostitución. |
También lo explicó con contundencia, en ese mismo evento, Ana Mata, portavoz de Unidad Popular-IU, quien sugirió, desde una perspectiva de género, que no debe confundirse “libertad sexual” con “prostitución”, a la vez que ironizó sobre lo que conllevaría la eventual legalización de la prostitución: “luego, entonces, habrá que desarrollar la Formación Profesional”, dijo, provocando las risas y aplausos del público presente.
Ese debate de la tarde, sobre la trata y la prostitución, organizado por Diaconía, en el que participaron representantes de los principales partidos políticos (PP, PSOE, CIUDADANOS, PODEMOS, IU-UP, UPYD), reveló algunos datos sorprendentes sobre las propuestas de dichos partidos sobre este tema en particular.
Por ejemplo, me sorprendió que PODEMOS defienda la legalización de la prostitución, y se sitúe de este modo en “la misma acera política” en este asunto, junto a Ciudadanos y a UPyD, quienes también se han manifestado proclives a esta opción.
Muy lejos queda, la formación liderada por Pablo Iglesias, de la posición de la izquierda tradicional, representada por PSOE y UP-IU, quienes abogan de forma expresa en sus programas por “la abolición de la prostitución”.
Esto es lo que propone IU:
“Desarrollar políticas encaminadas a la abolición de la prostitución, como forma extrema de violencia de género. Ejecutando políticas activas desde los municipios para erradicar todas aquellas licencias de actividad que tenga relación con la explotación sexual, así mismo con la difusión en los medios de comunicación local o de regulación por ordenanzas municipales, donde se pueda difundir publicidad de esa forma de violencia o donde se difunda una imagen discriminatoria o denigrante. No apoyaremos ninguna ordenanza que pretenda criminalizar o sancionar a las mujeres en situación de prostitución. (Izquierda Unida – Unidad Popular / Programa 2015)
Y en parecidos términos se pronuncia el PSOE:
“...la prostitución, forzada o no, constituye violaciones de la dignidad humana contrarias a los principios de los derechos humanos”. (Resolución del Parlamento Europeo, de 26 de Febrero de 2014, sobre “explotación sexual y prostitución y su impacto en la igualdad de género”) |
“Aprobar en nuestra legislación medidas que desarrollen políticas encaminadas a la abolición de la prostitución. Reintroducir en el Código Penal la figura de la tercería locativa (el que alquila habitaciones) en los términos del Convenio de Naciones Unidas, lo que permitirá desmantelar la industria del sexo. Introducir la figura de penalización de todo tipo de proxenetismo lucrativo, medie o no consentimiento de la persona prostituida. Sancionar la demanda y compra de prostitución”. (Programa del PSOE 2015)
Estas propuestas están en sintonía con la Resolución del Parlamento Europeo, de 26 de Febrero de 2014, sobre “explotación sexual y prostitución y su impacto en la igualdad de género”, citada por el PSOE en su programa, la cual afirma que “la prostitución, forzada o no, constituye violaciones de la dignidad humana contrarias a los principios de los derechos humanos”. También señala que considerar la prostitución como un “trabajo sexual” legal, despenalizar la industria del sexo en general y legalizar el proxenetismo, no es la solución para proteger a las mujeres de la violencia y la explotación, sino que produce el efecto contrario.
No entiendo la posición de PODEMOS en este asunto, ni la de feministas como Tania Sánchez, su portavoz en el debate, quien considera legítimo –y, por lo tanto, objeto de reconocimiento legal—que una mujer se inflija a sí misma, “voluntariamente” esa “forma extrema de violencia de género”, que es la prostitución. Que, en una interpretación extrema --como otras-- del principio de “yo hago con mi cuerpo lo que quiera”, se consagre y legitime el “yo hago con mi cuerpo lo que los hombres quieran”. ¿Acaso no es eso lo que están defendiendo?
En cuanto al Partido Popular, pese al empeño y el compromiso personal de Dª Carmen Quintanilla Barba, diputada del Grupo Popular y presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, no hacen falta comentarios. En su programa no aparecen ni una sola vez las palabras “sexual”, “prostitución”, “esclavitud”, “proxenetismo”, ni otras similares, y la única vez que aparece la palabra “explotación” es en el marco de una propuesta económica para el desarrollo del medio rural.
Es decir, “cero Zap...”, digo, “patatero”.
Autor: Jorge Fernández
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