EL ESTADO DE LA MISIÓN - por Jesús Londoño
La misión al estilo de Jesús
JESÚS LONDOÑO, 30/10/2015 | La obra de la redención humana fue iniciada desde antes de la fundación del mundo, pero consumada en el acto de la muerte de Cristo en la cruz del Calvario. Toda la obra de Dios fue terminada en un madero. El punto culminante de la tarea salvífica de Dios estuvo en la cruz. Sus palabras en Juan 19:30 lo muestran así: “Consumado es”, todo está cumplido. El plan de redención de la humanidad que había estado marchando por varios miles de años no podía encontrar su culminación y efecto sino en la cruz del Calvario.
Por lo tanto, podemos decir que también la labor misionera se encuentra escondida en la cruz, pues una de las razones de la tarea evangelizadora es la salvación del hombre caído. Es así que la Cristología es de vital trascendencia en nuestro trabajo misionero y en la formación de nuestras estrategias para llevar a cabo el mandato de la Gran Comisión.
Cuando Cristo dijo a sus discípulos en Juan 20:21: “Como me envió el Padre así también yo os envío”, estaba hablando de manera literal acerca del modelo que Dios había escogido para llevar a cabo sus propósitos. Ahora, miremos cómo fue enviado Cristo y cómo esto debe reflejarse en nuestro ministerio de proclamación y establecimiento del reino de Dios.
Pablo en su carta a los Filipenses 2:5-11 dice: “Tengan ustedes la misma manera de pensar que tuvo Cristo Jesús”, o como dice otro escritor: “Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo”. La actitud y la acción del Hijo de Dios se sostienen como un paradigma para los cristianos y un modelo de misión para su Iglesia de todos los tiempos. La suprema grandeza de su sacrificio, que haya tomado forma de esclavo, que haya obedecido hasta la muerte en una cruz, se convierte en un patrón de vida y trabajo para nosotros.
Esto plantea un desafío en cuanto a nuestra forma de llevar a cabo la misión de Dios. Debemos actuar de la misma manera que Cristo hubiera actuado. La misión no se puede llevar a cabo de una manera diferente. La empresa evangelizadora tendrá elementos sacrificiales que son parte inherente del modelo de salvación de Dios al hombre. No estamos llamados a una evangelización fácil, estamos llamados a una tarea que traerá esfuerzo, dolor, cansancio, frustración, etc., pero que supone una victoria asegurada en Cristo Jesús, pues Él venció en la cruz.
La misión en este tiempo no es especialmente abrazada por muchas iglesias y creyentes debido a esta realidad que la acompaña. Tal vez nuestros mayores problemas en la evangelización del mundo no sean tan solo de dinero y oportunidades, sino más bien de un desafío espiritual que nos confronta con nuestros peores miedos: dejar la tierra, parentela, amigos, comodidades, etc.; como tuvo que hacerlo Abram cuando Dios lo llamó (Génesis 12:1-3).
En la realidad de nuestra España, pocos quieren invertir sus vidas en pequeños pueblos en donde realmente se encuentra uno de los mayores retos de la evangelización de nuestros días. Mejor buscamos estrategias que se acoplen a nuestros deseos de querer ayudar a Dios en su sueño de salvar a las naciones, mientras eso no nos afecte en nada el maravilloso modus vivendi que tenemos.
Autor: Jesús Londoño, director de SEPAL / Back to Europe
ENTREVISTA (AUDIO) A JESÚS LONDOÑO, director de SEPAL
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