BUEN FIN DE SEMANA
¡RECIBIR!
CRISTIAN FRANCO, 19/07/2013 |
“La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”. Francis Bacon
En mi país, cada 20 de julio celebramos “El día del amigo”.Es entonces cuando se presentan diversas alternativas: reservar una mesa especial en nuestro restaurante favorito, preparar tarjetas de felicitación, reenviar mensajes de correo electrónico con anécdotas emotivas, o comprar algún obsequio para nuestros amigos. Además de esto, en mi caso me gusta ir un poco más allá y aprovechar la ocasión para pensar.
Pensar en las promesas que hacemos, pero que a veces no cumplimos. Reflexionar sobre la calidad del tiempo que asignamos para estar con nuestros seres queridos.Reinterpretar los conceptos y las definiciones que utilizamos para expresar nuestros sentimientos. Meditar acerca del milagro de la amistad.
Milagro. ¿Por qué algunas personas muestran desconfianza al escuchar la palabra “amistad”? ¿Cuántos de nosotros conocemos lo que involucran estas siete letras? Término –en definitiva– que nos remiten a la profunda necesidad humana de amar... ¡y ser amados!
Conozco a alguien que siempre está dispuesto a dar. Corre de un lado hacia el otro para ayudar a las personas. ¡Y en ocasiones realiza enormes sacrificios económicos con tal de socorrer al amigo en su necesidad! Pero a la hora de disfrutar del cariño y el agradecimiento de aquellos que se benefician con sus actos de generosidad, se aísla y evita recibir cualquier tipo de retribución.
¿Bajo perfil? ¿Timidez? ¿Humildad? Al pasar el tiempo me he dado cuenta de que esta persona comprendió muy bien lo que es dar y darse a sus semejantes... ¡pero sin embargo nunca aprendió a recibir!
¡Recibir! Algunos hablan de esta acción como de algo negativo, como si fuese patrimonio del egoísmo y de la mera satisfacción individual. ¿Será así?
El libro de Proverbios dice: “Con un buen perfume se alegra el corazón; con la dulzura de la amistad se vuelve a la vida. Para afilar el hierro, la lima; para ser mejor persona, el amigo”.
Se trata de dar… ¡y también recibir! ¡Sembrar y cosechar!
Aprendamos a perdonar, ¡y ser perdonados!
Alentemos a los demás, ¡y permitamos que otros nos animen!
Extendamos nuestra ayuda a quien la necesite, ¡y tomémonos de la mano amiga cuando precisemos socorro!
Sobre todo, brindémonos desinteresadamente a los demás, ¡y disfrutemos con un corazón agradecido los incalculables beneficios de la amistad!
Autor: Cristian Franco
© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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