BUEN FIN DE SEMANA
¿Finales?
“Procura amar mientras vivas: en el mundo no se ha encontrado nada mejor”.
Máximo Gorki (escritor ruso)
CRISTIAN FRANCO, 11/01/2013 | Una de las experiencias más gratas de mi niñez era escuchar o leer un buen cuento.
Crecí en una época en la que el auge multimedia estaba a quince años de distancia en el tiempo y el espacio. Por eso, además de ciertas caricaturas televisivas que miraba en mi televisor en blanco y negro, los libros de cuentos y sus respectivas ilustraciones constituían un pasatiempo más que divertido.
El comienzo de cada narración creaba cierta intriga: “Había una vez…”; “En cierta ocasión...”; “Erase una vez…”; “En un lejano país…”. Inicio de narraciones que cautivaban de inmediato mi atención. Luego de las risas, el suspenso, los héroes y la aventura, llegaba el inminente desenlace, con el tan esperado final feliz: “Y colorín colorado, este cuento se ha terminado”.
Fantasías narrativas. Ilusiones infantiles. Finales felices.
Cuando comenzamos a tomar conciencia de la realidad –y la vida nos presenta distintos escenarios en los que se afirma nuestro rol como protagonistas de la acción– no es novedad decir que nos vamos dando cuenta de que, la mayoría de las veces, los finales felices solo existen en aquellos cuentos que leíamos durante nuestra niñez…
Esto ocurre cuando alguien a quien considerábamos nuestro amigo resulta no serlo, y traiciona la amistad y la confianza que habíamos depositado en su persona.
Sucede cuando un ser querido lucha por su vida, pero termina falleciendo a causa de una enfermedad...
Pasa cuando los padres privan a sus hijos (de manera intencional o no) del cariño y el afecto necesarios para el sano desarrollo de sus vidas, creando un vacío emocional que probablemente dejará secuelas en la vida adulta…
Acontece cuando nos enfrentamos diariamente con cuestiones (propias y ajenas) relativas a la vida privada y la sociedad, para las cuales no logramos hallar solución, hecho que genera frustración y sentido de fracaso…
Realidades existenciales. Desilusiones de la vida adulta. Finales confusos que generan interrogantes.
¿Qué hacemos con todo esto? ¿Permitiremos que la ansiedad, el desengaño y el cinismo caractericen nuestras acciones? ¿U optaremos por hacer de cuenta que “aquí no sucedió nada”?
Me encantan las palabras de Jesucristo: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”.
En mi caso, los finales felices de los cuentos no siempre han tenido su correlato en diversas circunstancias de mi vida. Sin embargo, el desarrollo de una estrategia múltiple que…
…contempla la aceptación de los hechos que no puedo cambiar (versus la estéril resignación).
…me lleva a ver la vida como algo integral (versus un falso optimismo que prefiere obviar lo que no en principio no produce sensaciones de bienestar).
…me conduce a aprender y tomar lecciones de las experiencias, sean estas malas o buenas (versus la queja y la frustración).
…me guía, en definitiva, hacia la confianza en Dios, quien me brinda la capacidad de perdonar y perdonarme, amar y amarme, sanar y ser sano (versus el individualismo)…
…¡siempre ha sido la clave para sobrevivir: vivir más allá de la mera existencia!
Esto es mucho más que finales felices… ¡se trata de alzar nuestra mirada, observar más allá de la cotidianeidad y considerar nuestras vidas como un hecho integral!
Autor: Cristian Franco
© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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