SIN ÁNIMO DE OFENDER
Ni EEUU, ni China. La gran potencia olímpica se llama "Europa"
(JORGE FERNÁNDEZ, 16/08/2012) A nuestro proverbial pesimismo europeo le vendría muy bien, aunque solo fuera por un momento, mirarse en el espejo del medallero olímpico de Londres 2012 para levantar la moral, algo que no nos viene nada mal en los tiempos que corren.
Efectivamente, basta un vistazo a los primeros 21 puestos del medallero olímpico, por no ir más lejos (posición que ocupamos los españoles, desplazados inexplicablemente por los coreanos del norte), para darnos cuenta de que no son los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) los ganadores de estas Olimpiadas, sino “los Estados Unidos de Europa”. O, al menos, podemos podríamos presumir de ser los grandes “ganadores morales”.
¿Cómo llegamos a esa conclusión? Pues, por pura aritmética. Sumando las medallas de los países europeos en las primeras 21 posiciones del medallero, nos da la friolera de ¡235 medallas!! Sí, como lo leen: doscientas treinta y cinco medallas; 80 de ellas de oro.
He aquí el detalle:
| Reino Unido | 65 |
| Alemania | 44 |
| Francia | 34 |
| Italia | 28 |
| Holanda | 20 |
| Rep. Checa | 10 |
| Hungría | 17 |
| España | 17 |
| Total | 235 |
Eso significaría que, si Europa compitiera como “Unión de Estados”, en estos JJOO de Londres habríamos más que duplicado a los EEUU (104 medallas) y casi triplicado a China (88 medallas).
¿No es fabuloso? No se si resulta un argumento suficiente para convencer a los euroescépticos, pero a uno le parece un dato para tener en cuenta.
Eso sí, la imagen que nos devuelve el espejo del medallero olímpico es la de un espejo roto... fragmentado...
Una imagen, en cualquier caso elocuente, que tiene una lectura quizás anecdótica en lo deportivo, pero otra muy trágica en lo que a economía y política se refiere.
En cualquier caso, a este humilde escribidor, el dato le parece un elemento más para una reflexión necesaria sobre el futuro de Europa. Un futuro que, sin duda, debe pasar por la solidaridad, el apoyo mutuo, la lealtad y la confianza; precisamente, todos esos valores que hoy nos parecen palabras huecas, pero que urge llenar de contenido con hechos y gestos valientes.
Autor: Jorge Fernández
© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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