SILBO APACIBLE
El día después del Congreso
GUILLEM CORREA, 13/12/2011 | El III Congreso Protestante de Cataluña ha terminado sus sesiones. Una vez más un grupo de delegadas, delegados, miembros de nuestras Iglesias, y un buen puñado de participantes, nos hemos reunido para volver a encarnar la oración de Jesús de Juan 17 cuando dice: "Que todos sean uno".
¡Cómo nos gusta ser bíblicos!
Los protestantes de Catalunya hemos tenido, de siempre, esa vocación por lo que últimamente denominamos como la "Vía Catalana" de hacer Iglesia de Jesucristo. Esta "Vía Catalana" consiste en un espíritu de unidad que nos ha llevado a dotarnos de instituciones propias que nos permiten hacernos visibles.
La gran aportación del III Congreso ha sido su método de trabajo. Las sesiones Plenarias han sido fruto de un trabajo de equipo donde se ha expresado el pensamiento y la sensibilidad de la Iglesia. Se ha huido de la conferencia ilustrada para centrarnos en la reflexión compartida. De esta manera el congreso comenzó hace más de un año y lo hizo con los trabajos, debates y reflexiones de los diferentes equipos de ponencias -integrados por hombres y mujeres representativos del pensamiento de las diversas corrientes de la Iglesia Protestante de Cataluña-.
La segunda gran aportación han sido los Talleres de Escucha. En honor a la verdad nos ha costado un poco entrar en esta dinámica, pero lo hemos conseguido. De esta manera hemos huido de las sesiones más o menos amplias en las que las personas más acostumbradas a hablar en público toman habitualmente la palabra. Con los Talleres de Escucha se ha querido dar la voz a todos los congresistas porque en estos grupos pequeños de diálogo es mucho más fácil escuchar y ser escuchado. De esta manera también hemos podido pasar y poner a votación las propuestas de resoluciones.
Es evidente que el proceso metodológico iniciado con este congreso ha significado un salto cualitativo en relación al trabajo realizado en anteriores ocasiones y que todavía nos queda un largo recorrido para esta nueva manera de hacer, esta nueva cultura de Iglesia, haga, definitivamente, mella entre nosotros.
Lo que sí podemos constatar es que hemos iniciado una nueva y novedosa manera de hacer congresos y que ahora habrá que esperar si el tiempo confirma el acierto de este nuevo camino.
Por lo demás ahora nos queda lo más difícil. Trabajar para hacer realidad los acuerdos del congreso, una tarea que nos hemos impuesto a nosotros mismos y que nos hemos dado no mucho tiempo para aplicarla porque lo que hay que esperar dentro de diez años, cuando se celebre el IV Congreso, no es el aplicación de los acuerdos, sino el resultado de los acuerdos.
Por cierto, esta misma semana se podrá disponer del texto de las ponencias y los acuerdos que se han tomado en la web del III Congreso. Os animo a visitarlo y a descargar los textos porque ya forman parte de tu y de mi historia.
Autor: Guillem Correa Caballé
© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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