SOCIOLO-AL-DÍA
Los nuevos abuelos
(JONATÁN POZO, 29/11/2011) Los cambios sociales y familiares en los que estamos inmersos están ocasionando una profunda trasformación en el rol que tradicionalmente han desempeñado, hasta el punto de convertirlos en colaboradores de los padres en el cuidado de sus nietos. El papel de las personas mayores se está modificando, pero también la forma en la que la sociedad les considera está comenzando a cambiar, al pasar de ser tenidas como personas pasivas que necesitan protección y cuidados, a ser miembros activos de la familia y proveedores de protección y cuidados.
Sin embargo, no siempre se tienen en cuenta los efectos negativos que esta situación puede crear cuando los abuelos se ven desbordado, agotados, frustrados... Es cierto que debemos alabar y agradecer la capacidad de sacrificio de los abuelos, pero no es menos cierto que hemos de evitar los peligros que, por sobrecarga, acaban perjudicándoles.
Los abuelos tienen una gran importancia para las nuevas generaciones, ya que con su disponibilidad y ayuda contribuyen a mejorar la calidad de vida de las familias, ofrecen apoyo, conciliación de horarios, estabilidad, amor y ternura. Además, dan a los nietos la perspectiva del tiempo, son su memoria y encarnan la riqueza inmaterial de las familias. Todo esto les convierte en una fuente inagotable de experiencia en el arte de vivir, un modelo de generosidad y amor incondicional, hasta tal punto que en muchos hogares son una pieza clave. ¡Y es que los abuelos de hoy ya no son como los de antes! Son autónomos y dinámicos, tienen a su disposición una gran variedad de actividades culturales, sociales, deportivas... y hacen uso de ellas.
Estos excelentes cuidadores pueden ser hombre o mujer, jubilado o en activo, e incluso puede no ser el abuelo o abuela. Su amor incondicional y sentido de la responsabilidad y compromiso familiar les lleva a asumir esa función. En ocasiones podría tratarse de ese amigo cercano de la familia, o un tío o tía del menor.
Son muchos los abuelos que se ofrecen para cuidar a sus nietos para que éstos no se queden con extraños o en una guardería. En otros casos los abuelos son la alternativa cuando los niños enferman y no pueden ir a la guardería o la escuela.
Gracias a su labor, muchos, muchísimos padres, cada mañana se marchan al trabajo sin la preocupación, el agobio e incluso la ansiedad que, en ocasiones, supone no saber qué hacer o con quién dejar a sus hijos.
Ayudan a conciliar los horarios de muchas familias. No únicamente el horario laboral, sino también el social y de ocio de la pareja. Además, son muchos los que colaboran con las tareas domésticas de sus hijos e incluso que aportan sus ahorros o pensión para el sostenimiento de la familia. Por lo que los abuelos son una auténtica ayuda económica tanto indirecta como directa. Colaboran con la economía de sus familias cuando los precios de las guarderías privadas resultan excesivos, y la falta de plazas públicas deja muy pocas opciones económicamente viables para ellas. Pero además, en muchas ocasiones hacen posible que sus nietos puedan estar en casa y ser atendidos por ellos durante los primeros meses, e incluso años de vida de los pequeños, antes de su escolarización.
Actualmete uno de cada cuatro abuelos en España cuida a sus nietos. En Europa esta cifra es un poco menor (uno de cada tres). Tal vez sea porque en Europa el empleo a tiempo parcial es más frecuente. Otro dato importante es que en España las personas mayores viven más años y tienen mejor salud. España está a la cabeza de los países con mayor esperanza de vida: en las mujeres está establecida en 84 años y en los hombres en 78 años. Según los datos de la última EPA (Encuesta de Población Activa), las personas mayores de 65 años representan el 17% del total de la población.
No todos lo hacen de forma voluntaria, en muchos casos se ven forzados por la escasez de alternativas que tienen las familias para cuidar a sus propios hijos. El aumento del número de fracasos matrimoniales también tiene una gran importancia, ya que después de un divorcio hay madres que, independientemente de que existan o no dificultades económicas o emocionales, vuelven a la casa de sus padres. De esta manera surge una familia multigeneracional, en la que los abuelos están a cargo de la educación y el cuidado de sus nietos.
Algunos expertos dicen que esta generación de abuelos, con auténtica vocación, es una solución provisional. En el futuro el rol del abuelo será diferente, puesto que en este momento conviven las primeras generaciones de madres trabajadoras y las últimas generaciones de amas de casa. A partir de las generaciones nacidas a finales de los años setenta y principios de los ochenta, el número de abuelos será menor y estos tendrán más edad y menos nietos debido a que la mujer tiene menos hijos y está retrasando la maternidad.
En este momento de profunda crisis económica este fenómeno está experimentando un importante aumento, pues se está convirtiendo en una estrategia para hacer frente a los problemas económicos derivados de esta situación.
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| “Abuelos que cuidan a sus nietos” - Jonatán Pozo |
Y es que hacerse mayor no está “bien visto”, hasta el punto que es muy difícil, por no decir imposible, seguir los cánones de conducta y estética que la sociedad exige para disimular el paso del tiempo. A pesar de esto cada vez son más las personas que se resisten a reproducir el modelo de anciano tradicional que vieron en sus mayores. Los abuelos de hoy están transmitiendo un modelo nuevo y creando nuevos tipos de vínculos de relación familiar; los abuelos son “contenedores” de la memoria histórica de la familia, del pueblo o ciudad..., y son trasmisores de espiritualidad. Los estudios que relacionan la fe con la salud concluyen que las personas que tienen una vida espiritual profunda o activa tienen más recursos para superar situaciones difíciles en la vida; la espiritualidad, según parece, les ayuda a controlar el exceso de presión. Algunos de eos estudios incluso llegan a comparar los beneficios de la actividad religiosa con los beneficios del ejercicio físico. Y es que tener fe y mantener una actitud religiosa alarga la vida, según algunos investigadores, entre 3 y 5 años de media.
Quizá sea debido a que las personas espiritualmente activas, tienen un estilo de vida más sano, y esto les aporta un equilibrio y armonía muy positivos; se cuidan más y tienen menos conductas de riesgo. Tienen una actitud positiva ante las situaciones difíciles de la vida..., y todo eso no solamente mejora su salud física, psicológica y su capacidad de adaptación a las circunstancias del entorno, sino que además lo transmiten a sus nietos.
Autor: Jonatán Pozo
(Tomado con permiso de “Abuelos que cuidan a sus nietos”, del propio autor. Editado por el Consejo Evangélico de Madrid en colaboración con la Obra Social La Caixa. Octubre de 2011).
Noticia relacionada:
. Los abuelos se sienten 'utilizados' por sus hijos en el cuidado de los nietos (EL MUNDO, 22/11/2011)
. Taller para padres y abuelos que cuidan de sus nietos (Diaconía Madrid, 17/11/2011)
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