EN HONOR A D. PERE BONET
Un príncipe ha caído hoy
El texto que reproducimos a continuación es el discurso de Manuel Sarrias, secretario general de la Unión Evangélica Bautista Española (UEBE) -y columnista de Actualidad Evangélica- pronunciado el pasado martes 28 de junio, durante las honras fúnebres del Pastor Pedro Bonet Such, fallecido esta semana a los 92 años de edad.
Manuel Sarrias, Barcelona, martes 28 junio 2011.
También dijo el rey (David) a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y grande ha caído hoy en Israel? (2 Samuel 3:38)
Saludos del Presidente, Vicepresidente y resto de Iglesias de la Unión
Cuando yo era un jovencito conocí a Pedro Bonet Such, hace 44 años, en Albacete en 1967. Un tiempo más tarde, predicó en mi Iglesia, la Primera Bautista de Valencia. Todavía recuerdo el texto de su mensaje, sobre Esteban, basado en el pasaje del libro de los hechos 6:16 que decía “que todos los que estaban, al fijar los ojos en él, vieron un rostro como el rostro de un ángel”. Fue un mensaje impactante, como tantos otros que el Pr. Bonet pronunció en su dilatada trayectoria pastoral. En la Convención de jóvenes de 1969, en Madrid, celebrada inmediatamente antes que la de Iglesias, tenía a mi cargo un devocional, y cuando iba a comenzar entraron tres personas y se sentaron en la primera fila, incrementando mi ya elevada temperatura de nervios. Eran mi Pastor, Don Juan Torras, el de la 1ª Iglesia Bautista de Madrid, Don Juan Luis Rodrigo, y el Presidente de la UEBE, Don Pedro Bonet. Esa misma noche, en una cena de juventud, recuerdo, les cortamos las corbatas para recaudar fondos, para no recuerdo qué destino social.
En la Convención de Cartagena de 1982, fui designado Secretario General de la UEBE y el Sr. Bonet era, como en ocasiones anteriores, el Presidente de la Unión de Iglesias Bautistas de España. Sus palabras de satisfacción y ánimo las recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, al igual que las destinadas a Jorge Pastor, nombrado Vicepresidente de la UEBE en aquella Asamblea General y presente también en este acto de hoy. Desde entonces pude conocer al Sr. Bonet más profundamente y, nada más empezar a trabajar juntos, pude comprobar su profunda personalidad, energía, vitalidad, eficacia, su labor incansable, saber hacer, visión de la Obra y capacidad de ir al fondo de la cuestión considerada con su expresión “el fin de todo discurso…”.
Como diría el autor de la epístola a los Hebreos, tiempo nos faltaría para mencionar las diferentes responsabilidades en las que sirvió nuestro hermano Bonet. Presidente de la Unión de Jóvenes Bautistas de España, Presidente de la UEBE en 7 ocasiones, la primera en 1955. Presidente del V Congreso
Sin duda que en su larga carrera cristiana le tocó vivir tiempos de dificultades de distinto signo. Pero Pere Bonet resistió y siguió adelante porque tenía una fuente de inspiración, de fortaleza y de perseverancia que le permitía seguir adelante con fidelidad a su misión, a su llamamiento y vocación: era su fe en Jesucristo, sus profundas convicciones en su Señor y en las enseñanzas de la Palabra. Y también porque Dios le concedió el regalo de una mujer, Noemí, verdadera ayuda idónea, fiel creyente, amorosa esposa y madre, que le acompañó hasta el final con dignidad, inteligencia, elegancia y un especial atractivo de dulzura y acogedor afecto fraternal. Damos gracias por nuestras esposas y madres. También por nuestros hijos e hijas y por nuestros nietos y nietas.
Algunos disfrutamos de su amistad durante años, recordando con afecto cercanos momentos pasados juntos. Damos gracias por su vida y trayectoria y decimos, como el escritor de Proverbios, “la memoria del justo será bendita” y, con el de Apocalipsis (14:13), “Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueres en el Señor. Sí, Dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos y sus obras con ellos siguen”. Con nuestro respeto, valoración, reconocimiento y sincero agradecimiento, damos gloria a Dios por Pedro Bonet. Él viene a engrosar la lista que continúa a través de los siglos como un héroe más de la fe y hacemos nuestras las palabras del capítulo 12 de Hebreos cuando expresa “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús” (12:1-2). Él se nos ha adelantado en el viaje definitivo hacia la eternidad. Una vida intensa y plena. Por eso mismo nuestro hermano Pere Bonet ha podido decir “he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. El Señor ya le ha dado la corona de gloria y le ha dicho “ven, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu Señor”…
En tiempos especiales Dios envía personas especiales. En cada etapa, el Señor levanta hombres y mujeres de acuerdo a las necesidades de esos momentos históricos: Moisés, Débora, David, Esther, Pablo, Lutero, Guillermo Carey, José Cardona, José Borrás, Juan Luís Rodrigo…. Pedro Bonet. Por eso nuestra oración al Señor es que nuevas generaciones se levanten y continúen, como David que sirvió a su propia generación según la voluntad de Dios (Hch. 16:36), la misión encomendada como Iglesias cristianas, como seguidores y discípulos del Maestro, de Jesucristo.
Autor: Manuel Sarrias – Secretario General UEBE.
© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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