Edimburgo 2010 culminó en recinto histórico
CON LA LECTURA
DE UN «LLAMAMIENTO COMÚN»
En su sermón en el culto de clausura de la Conferencia Edimburgo 2010, el arzobispo John Sentamu recordó que Jesús dijo a sus seguidores: "Ustedes son mis testigos". Sentamu, quien es arzobispo anglicano de York, Gran Bretaña, hizo un llamamiento a propósito de la "importancia crucial del testimonio cristiano". Aludiendo al relato del evangelio de la negación de Cristo por Pedro, Sentamu añadió: "Jesús está siendo hoy juzgado en el tribunal del mundo por nuestras palabras y acciones. Jesús y su evangelio están siendo juzgados." La exhortación a poner en práctica el amor en forma de hospitalidad hacia los demás y la humildad en la proyección cristiana al exterior fueron los hilos conductores de la celebración de clausura y del "Llamamiento Común" de la Conferencia Edimburgo 2010. En el Llamamiento, los delegados expresaron su "plena conciencia de que Dios resiste a los soberbios, Cristo da la bienvenida y fortalece a los pobres y afligidos, y el poder del Espíritu Santo se manifiesta en nuestra vulnerabilidad". Como el arzobispo Sentamu lo afirmó
en su sermón, "la actividad humana sólo genera actividad
humana. La Palabra profética y el Espíritu nos hacen vivir".
Su voz resonó con una pasión evangelizadora que recordó
a predicadores del pasado que hablaron en ese mismo lugar. Cien años después, en
la tarde del domingo 6 de junio, más de un millar de fieles se
reunieron en el mismo recinto para celebrar la clausura de la Conferencia
Edimburgo 2010, dedicada a celebrar el centenario de aquel histórico
evento y a analizar el potencial del testimonio común de Jesucristo
en el siglo XXI a la luz de la situación actual de la cristiandad
en el mundo. El momento culminante de la celebración de clausura fue la lectura del "Llamamiento Conjunto" aprobado por la conferencia y dirigido a los cristianos de nuestra época para renovar el compromiso por la misión. La diversidad fue claramente visible en las vestimentas eclesiásticas, las indumentarias nacionales y la ropa casual usadas por los participantes en la celebración. Se elevaron oraciones en varios idiomas y se entonaron himnos de África, Asia, América y Oceanía, así como de diversas culturas europeas. Las danzas de bailarines indios de los colegios Selly Oak de Birmingham, Gran Bretaña, y los cantos de un coro africano fueron algunas de las expresiones que animaron el histórico acto. Puestos a imaginar lo que un delegado de 1910 hubiera pensado de las deliberaciones de este año, los historiadores convinieron, entre otras cosas, en que le habría chocado el hecho de que la celebración de clausura fuese transmitida por vídeo en directo a todo el mundo. Por otra parte, ¿cómo haría un delegado de 2010 que viajara al pasado para sobrevivir sin correo electrónico? La presencia de dos descendientes directos de delegados asiáticos de 1910 fue destacada: la nieta de Yun Ch'iho, de Corea, y el nieto de John Rangiah, quien había representado a la comunidad india en Sudáfrica. El obispo Devamani de Dornakal, de la Iglesia del Sur de la India, leyó extractos del discurso pronunciado en 1910 por un joven, V. S. Azariah, quien más tarde sería el primer obispo de Dornakal. Otras intervenciones destacaron la
necesidad de reciprocidad en la misión: los occidentales tienen
mucho que aprender de los cristianos del Este y los del Norte tienen que
descubrir la manera de mostrar una mayor humildad y disposición
a aprender del Sur Global. "Como líderes en la misión",
dijo el arzobispo, "debemos ayudar a nuestras iglesias actuando proféticamente,
hablando abiertamente a favor de la libertad y contra la injusticia. Nuestros
antecesores lo han hecho en el pasado contra la esclavitud y, más
recientemente, contra el apartheid, la deuda internacional y la pobreza.
Tenemos que seguir hablando en contra de la injusticia que afecta a quienes
piden asilo y a todos los que pasan necesidad." La noche anterior, en la sesión
final de la Conferencia fueron discutidos el proceso de estudio que condujo
a Edimburgo 2010 y las deliberaciones realizadas en pequeños grupos
en la conferencia celebrada en el predio de la Universidad de Edimburgo
en Pollock Halls. Sin embargo, Ramachandra también expresó su preocupación por el alto porcentaje de profesionales religiosos y académicos en comparación con el gran número de obreros laicos presentes un siglo atrás. Llamó a esto un "punto ciego" en los encuentros eclesiales contemporáneos: la incapacidad de darse cuenta de que "el trabajo principal de misión tiene lugar en la vida cotidiana de cristianos y cristianas comunes". Un próximo evento de tal envergadura mundial, dijo Ramachandra, se beneficiará de un intento de incluir a más miembros laicos, mujeres, jóvenes y representantes del hemisferio Sur. Las fronteras existentes necesitan ser "deconstruidas, aunque no destruidas". En particular, "la frontera artificial entre clero y laicos tiene que ser superada". Lo esencial en estos tiempos, concluyó, es que "las fronteras de todo tipo deben ser derribadas". Noticias relacionadas:
Fuente: Edimburgo
2010
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