UNA EXPOSICIÓN RECUPERA SU EXTRAORDINARIO LEGADO

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El Museo Nacional de Ciencias Naturales, con el apoyo del CSIC, dedica una exposición al zoólogo y paleontólogo Ángel Cabrera, considerado el mayor especialista en mamíferos de habla hispana del siglo XX. Hijo del primer obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal, Juan Bautista Cabrera, debió exiliarse por la discriminación sufrida en España, donde no se le reconoció su extraordinaria valía científica.

Ángel Cabrera durante una campaña en la provincia de Catamarca (República Argentina), revista Plus Ultra de junio de 1930 (Wikipedia).

(Madrid, 17/10/2025) Hace cien años, el zoólogo Ángel Cabrera Latorre (Madrid, 1879–La Plata, 1960) embarcó rumbo a Argentina y no regresó jamás. Su marcha, motivada por la falta de reconocimiento profesional en su país natal, marcó el inicio de una brillante carrera internacional que hoy reivindica el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) con una exposición titulada Ángel Cabrera, el naturalista infinito.

El diario EL PAÍS, en un extenso artículo firmado por Clemente Álvarez, ha recuperado la figura de este científico excepcional, destacando no solo su inmensa producción —más de 750 trabajos entre artículos, libros e ilustraciones— sino también su talento artístico, su dominio de varios idiomas y su condición de pionero en la conservación ambiental. Cabrera describió más de 200 especies animales, creó la primera fauna completa de mamíferos de España y publicó obras de referencia como Genera Mammalium, todavía citadas en la bibliografía científica internacional.

Acuarela de bisontes americanos dibujada por Cabrera sin salir de España. Á.Cabrera

Un sabio polifacético y exiliado

A pesar de su prestigio entre figuras como Santiago Ramón y Cajal e Ignacio Bolívar, Cabrera fue víctima de las limitaciones académicas y del sectarismo ideológico de la época. Carecía de un título en Ciencias —solo poseía una licenciatura en Filosofía y Letras—, lo que le impidió acceder a puestos estables en el MNCN, donde trabajó durante 25 años con contratos precarios. En 1925, aceptó una invitación para dirigir el Departamento de Paleontología del Museo de La Plata, en Argentina, donde finalmente halló el reconocimiento que se le negó en España.

Allí, Cabrera amplió su campo de estudio a la paleontología y realizó hallazgos de enorme valor, como el descubrimiento del primer dinosaurio jurásico de América del Sur, Amygdalodon patagonicus. Su nombre quedó asociado a una nueva era de la ciencia argentina y al florecimiento del estudio de los mamíferos fósiles.

Una acuarela de 1925 realizada por Ángel Cabrera para una colección de cuentos infantiles. Ángel Cabrera (MNCN) 

Una formación forjada en un hogar culto y libre

El artículo de EL PAÍS subraya también la influencia decisiva de su familia. Su padre, Juan Bautista Cabrera Ivars, primer obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE) y figura clave del protestantismo español, educó a sus seis hijos en un ambiente de cultura, libertad y disciplina intelectual. “Les instruyó en idiomas y dibujo, dos habilidades que resultaron claves para el trabajo de Ángel Cabrera”, destaca el reportaje.

El actual obispo de la IERE, Carlos López Lozano, celebró que la prensa nacional rescate la memoria del científico, aunque lamenta que no se haya mencionado con claridad la relevancia histórica del padre. “Juan Bautista Cabrera fue una personalidad esencial en la historia del protestantismo español”, recordó en declaraciones a Actualidad Evangélica.

López Lozano amplió también la información sobre la destacada familia Cabrera: “Además de Ángel, hubo otros hijos muy relevantes en la cultura: el arquitecto Juan Cabrera Latorre, sobre quien se está realizando una tesis doctoral; la pintora Rosa Cabrera; y la compositora, organista y poetisa Josefa (Pepita) Cabrera”.

El obispo relató además que “el día de la inauguración de la exposición participamos un grupo importante de la Catedral de la IERE, incluidos algunos descendientes del obispo Cabrera, parientes directos de Ángel Cabrera”.

Un científico total

El zoólogo Ángel Cabrera, en una imagen del MNCN.

La exposición —comisariada por Alberto Gomis, historiador de la ciencia, e Isabel Rey, investigadora del MNCN— pone de relieve la amplitud del legado de Cabrera: zoólogo, paleontólogo, dibujante, traductor y periodista. Fue director de la revista Alrededor del Mundo, tradujo novelas y cuentos, y realizó ilustraciones naturalistas de una precisión asombrosa.

Su vida y obra simbolizan la paradoja de tantos talentos españoles forzados al exilio por la falta de oportunidades o el prejuicio ideológico. En Argentina, Cabrera no solo consolidó su prestigio internacional, sino que contribuyó al desarrollo científico de toda una generación.

Hoy, siete décadas después de su muerte, su figura resurge con fuerza. Ángel Cabrera fue mucho más que un naturalista brillante: fue un hombre de ciencia, arte y convicción, hijo de un hogar donde la fe, la cultura y la libertad se entrelazaron para formar a uno de los científicos más universales de la historia de España.

Fuente: EL PAÍS; IERE / Redacción: Actualidad Evangélica