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Morris, quien dirigió durante dos décadas Gateway Church —una de las mayores congregaciones evangélicas de Estados Unidos—, dimitió en 2024 tras conocerse la denuncia.
Momento en el que el pastor Morris fue arrestado y esposado tras declararse culpable ante el tribunal / Imagen: captura
(Pawhuska, Oklahoma, 03/10/2025) Robert Preston Morris, fundador y expastor principal de la influyente Gateway Church en Southlake (Texas), se declaró culpable este jueves de cinco cargos de actos lascivos e indecentes con una menor en un tribunal del condado de Osage, Oklahoma. El caso se remonta a abusos cometidos en la década de 1980 contra una niña de 12 años.
Según informó la oficina del fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond, los abusos comenzaron en 1982, cuando Morris, entonces evangelista itinerante, se alojaba con la familia de la víctima en la localidad de Hominy. El maltrato continuó durante cuatro años. La víctima, Cindy Clemishire, que hoy tiene 55 años, decidió hacer pública su identidad para dar testimonio.
«Por fin se ha hecho justicia, y el hombre que me manipuló, abusó de mí cuando era una niña inocente de 12 años finalmente estará tras las rejas», declaró Clemishire tras la audiencia. «Espero que mi historia anime a otras víctimas a superar la vergüenza y a denunciar».
En virtud de un acuerdo de culpabilidad, Morris, de 64 años, fue condenado a una pena de diez años suspendida, de los cuales cumplirá seis meses en la cárcel del condado de Osage. El resto de la condena será bajo libertad supervisada en Texas, donde deberá registrarse como delincuente sexual. Asimismo, se le ha ordenado pagar los costes de su encarcelamiento, incluidos gastos médicos, así como una compensación económica a la víctima.
Morris, vestido con traje y esposado, fue escoltado por agentes del sheriff a la salida del tribunal. Uno de sus abogados, Bill Mateja, declaró que el pastor «quería aceptar la responsabilidad por su conducta» y cerrar el proceso judicial «por el bien de él, su familia y la familia Clemishire». Añadió que Morris considera que ya había asumido su responsabilidad «ante los ojos de Dios», pero ahora lo ha hecho también «ante los ojos de la ley».
Morris, quien dirigió durante dos décadas Gateway Church —una de las mayores congregaciones evangélicas de Estados Unidos—, dimitió en 2024 tras conocerse la denuncia. En declaraciones previas a The Christian Post, el pastor reconoció un «comportamiento sexual inapropiado» con una joven cuando tenía veintitantos años, aunque minimizó los hechos describiéndolos como «besos y caricias».
El caso ha sacudido a la comunidad evangélica de Texas, donde la iglesia que fundó Morris ha sufrido una crisis interna y la salida de numerosos fieles. Para la víctima, el proceso judicial supone un paso importante: «La única manera de detener el abuso sexual infantil es denunciarlo cuando ocurre o cuando se sospecha», afirmó.
Sucesos tan lamentables como éste, confirman la necesidad de que las iglesias tomen conciencia de que, desgraciadamente, no están exentas de que los abusos que se producen en todos los ámbitos de la sociedad, también puedan producirse en su seno, y se trabaje proactivamente y se adopten medidas de prevención para evitarlos, y protocolos de actuación contundentes y transparentes, si se producen.
Fuente: CNN / Redacción: Actualidad Evangélica
