PAÍS VASCO
Los evangélicos vascos celebran el cambio en Euskadi en las relaciones institucionales con sus iglesias y entidades tras el fallo judicial de 2014
En una entrevista de ElCorreo.com, el presidente del Consejo Evangélico del País Vasco, Julio Martínez, advierte que aún persisten dificultades a la hora de abrir nuevos lugares de culto que deberían resolverse en el desarrollo reglamentario de la Ley

Imagen de Bilbao / Foto de David Vives en Unsplash
(Bilbao, 31/08/2025) La apertura de centros evangélicos en Euskadi marcó un punto de inflexión en 2014, cuando el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco anuló la norma municipal que impedía instalar locales de culto en edificios de viviendas en Bilbao.
Aquel fallo, confirmado después por el Tribunal Supremo, supuso la garantía de que las iglesias evangélicas no quedaran relegadas a la periferia de las ciudades.
Más de una década después, el presidente del Consejo Evangélico del País Vasco (CEPV), Julio Martínez, reconoce que aquel conflicto abrió paso a una etapa de mayor entendimiento con las instituciones: «Ya no nos ven como bichos raros o como extranjeros. Se han quitado unos cuantos prejuicios y el trato ha mejorado mucho», afirma.
Martínez destaca, como ejemplo de esta mejora, el acuerdo alcanzado en 2023 con el Gobierno vasco para garantizar la asistencia religiosa a los presos evangélicos en las cárceles de la comunidad, en condiciones equivalentes a la atención prestada a católicos y musulmanes.
No obstante, el dirigente evangélico advierte de que aún persisten dificultades a la hora de abrir nuevos templos. «En ocasiones nos tratan como si fuéramos discotecas. Si abrimos los locales de nuestro propio bolsillo y tenemos que dedicar dinero a insonorizaciones y otros tipos de medidas, resulta casi imposible contar con una iglesia propia», señala.
Las expectativas están ahora puestas en la Ley de Centros de Culto y Diversidad Religiosa, aprobada en 2023 por el Parlamento vasco. La norma prevé, entre otras cuestiones, la reserva de suelo para espacios religiosos y regula las condiciones de seguridad y salubridad de los locales. Sin embargo, Martínez subraya que falta lo más importante: su desarrollo reglamentario.
«Todavía estamos pendientes de que se aclare definitivamente cómo va a ser el futuro de los centros de culto en Euskadi», lamenta.
El debate se enmarca en un contexto más amplio de reconocimiento de la diversidad religiosa en la sociedad vasca. Según estudios recientes, las distintas confesiones minoritarias han podido celebrar actos en espacios públicos, como el final del Ramadán en Miribilla o grandes encuentros de los Testigos de Jehová en Anoeta, aunque en algunos municipios persisten disfunciones administrativas que dificultan la organización de actividades.
Fuente: ElCorreo.com (Oscar Beltrán de Otálora) / Redacción: Actualidad Evangélica
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