OBITUARIO / por MÁXIMO GARCÍA RUIZ
Recordando a Dámaris Rodrigo
"Dámaris no sólo llevaba el apellido Rodrigo, sino que era evidente que compartía genes con su padre. Era Rodrigo en su manera serena de hacer frente a la vida..."
Dámaris. Playa de Cádiz / Foto: Instagram
(Redacción, 26/11/2024) ¡Ha muerto Dámaris! Nos veníamos negando a aceptar la realidad que se avecinaba desde hace unas semanas, pero la triste realidad se ha impuesto. Si mantenemos los ojos cerrados, aún la imaginamos, alegre, cordial, amiga.
Conocí a Dámaris cuando tenía apenas unos meses, en el año 1957. Yo regresaba de un destierro personal fuera de Madrid, y descubrí que la familia de mi pastor había aumentado con una preciosa niña, la cuarta de sus hijos. Dámaris creció entre los bancos de la Iglesia, como era propio de todos nuestros hijos.
Y llegó a la adolescencia. En esa época, la familia del pastor Rodrigo y la mía compartimos vacaciones haciendo camping en la provincia de Ávila, en los montes de Casavieja. Dámaris era una adolescente que mostraba una gran personalidad, y que tenía una intensa vida interior. Educada, amable, pero firme defensora de su intimidad. Nos separaba un abismo, pero aprovechando aquel tiempo de relax, me propuse dialogar con ella, ganar su confianza, penetrar en su interior. No me lo puso difícil y, efectivamente, descubrí en ella una persona que sabía muy bien lo que quería aún en esa etapa tan convulsa de la primera juventud.
Foto: Instagram
Luego, muy pronto, llegó José Luis, la conquistó, se conquistaron mutuamente; emprendedor él y valiente y decidida ella, emigraron a Australia. A partir de entonces, las tertulias del atardecer entre la jara de Casavieja giraban siempre en torno a Damaritas (para su madre), tan lejos y tan cercana a la vez.
La vida siguió dando vueltas. Dámaris y José Luis tuvieron cuatro hijos. Él desarrolló una brillante carrera al frente de la Sociedad Bíblica y ella formó equipo con él aportando su equilibrio emocional, su coraje, su ternura y profesionalidad. En esa época se produjo el milagro de aproximar las edades y hacer posible que formáramos, ellos, Rosalía y yo, durante unos años, parte de un grupo de amigos, en el que Dámaris siempre ha brillado con luz propia.
Foto: Instagram (Año 1970)
Y una nota final. Dámaris no sólo llevaba el apellido Rodrigo, sino que era evidente que compartía genes con su padre. Era Rodrigo en su manera serena de hacer frente a la vida y, aunque no he sido testigo de ello, ese don de hacer frente a la vida (y en este acaso a la muerte), la ha acompañado hasta el momento de entregar su alma a Dios.
Autor: Máximo García Ruiz. 25 de Noviembre 2024 / Edición: Actualidad Evangélica
© 2024- Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
*MÁXIMO GARCÍA RUIZ, nacido en Madrid, es licenciado en Teología por la Universidad Bíblica Latinoamericana, licenciado en Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca y doctor en Teología por esa misma universidad. Profesor de Historia de las Religiones, Sociología e Historia de los Bautistas en la Facultad de Teología de la Unión Evangélica Bautista de España-UEBE (actualmente profesor emérito), en Alcobendas, Madrid y profesor invitado en otras instituciones. Pertenece a la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Ha publicado numerosos artículos y estudios de investigación en diferentes revistas, diccionarios y anales universitarios y es autor de 31 libros y de otros 14 en colaboración, algunos de ellos en calidad de editor.
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