COMUNIDAD VALENCIANA
El pastor bautista Manuel Sarrias predicó en el acto de clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos celebrado en la Catedral de Valencia
Es el segundo año consecutivo que un pastor evangélico es invitado a predicar la Palabra en la clausura de este importante encuentro de oración interconfesional.
Imagen del acto de clausura del pasado jueves en la Catedral de Valencia
(Valencia, 29/01/2024) El pasado jueves 25 de enero se celebró el acto de clausura de la Semana de Oración Universal por la Unidad de los Cristianos, organizado por el Centro Ecuménico Interreligioso de Valencia, que tuvo lugar en la Catedral de Valencia, en la Capilla del Santo Cáliz de la Seo, y fue presidido por el arzobispo católico de la ciudad, Mons. Enrique Benavent.
La Semana de Oración, que este año se celebró con el lema “Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo” (Lc. 10:27) incluyó conferencias y oraciones, entre otros actos.
En el acto de clausura, el pastor bautista Manuel Sarrias tuvo a su cargo la predicación basado en el citado lema y en el pasaje bíblico del buen samaritano, haciendo hincapié en este aspecto central de la fe cristiana, resaltando la centralidad de amor según el Nuevo Testamento, que el amor a Dios y al prójimo es algo inseparable que debe ponerse en práctica.
Es el segundo año consecutivo que un pastor evangélico es invitado a predicar la Palabra en la clausura de este importante encuentro de oración interconfesional. El año pasado lo fue el pastor -también bautista- Jorge Pastor-Mut.
El pastor bautista Manuel Sarrias, durante la predicación de la Palabra
CORO EVANGÉLICO
Con numerosa asistencia, el acto contó también con la participación musical de una representación del Coro de la Primera Iglesia Evangélica Bautista de calle Quart coordinado por el pastor Pau Grau, e interviniendo como lectores, entre otros, el Dr. Miguel Ángel Roig de la iglesia adventista, y el presidente del Consejo Evangélico de la Comunidad Valenciana (CECVA), Francisco Javier Piquer.
Fuente: Actualidad Evangélica