DESDE EL MONTGÓ / por Jorge Pastor-Mut
Ojo por ojo, diente por diente
"Muchos se olvidan de que esa paz tan necesaria en el mundo, hay que comenzarla a vivir cultivándola personalmente”.
Foto de Tengyart en Unsplash
(JORGE J. PASTOR-MUT, 26/10/2023) En estos días resuena en mi mente la antigua frase “ojo por jojo, diente por diente”, llamada la Ley del Talión que es un principio legal que se basa en la idea de la reciprocidad en la venganza, donde la pena impuesta debe de ser similar al delito que se ha cometido.
La Ley del Talión se encuentra en varios códigos legales antiguos, como el Código de Hammurabi o la Ley Mosaica del Antiguo Testamento de la Biblia. Contra esa norma de justicia y comportamiento se enfrentó Jesús con sus hechos, enseñanzas y palabras y respondió diciendo; “Pero yo os digo: no resistáis al que os haga mal, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra” (Mateo 5:38). Esta reacción no se ve en las guerras que tenemos en la actualidad y las que ha habido en la antigüedad que son producto de los conflictos que cada persona enfrenta en su interior.
He visto a pacifistas en acción llevando pancartas manifestándose por las calles, o tomando partido entre unos y otros, que eran incapaces de vivir esa paz personal en la vida cotidiana. Gente que siembra cizaña en el trabajo, intolerante con su esposo o esposa, severo con sus hijos, despectivo con los vecinos, áspero como una lija hacia los demás y encima cargados de complejos que tratan de disimular detrás de una pancarta.
Muchos se olvidan de que esa paz tan necesaria en el mundo, hay que comenzarla a vivir cultivándola personalmente. Y que conste que no estoy en contra de las manifestaciones y de todos los esfuerzos que se hagan en favor de la paz. Pero soy de los que piensa que la paz en Israel, Gaza, Ucrania, Siria, Yemen … sólo será efectiva y real cuando se construya con la suma de millones de personas que vivan la paz cada uno de ellos.
Los tratados, los acuerdos se rompen muy fácilmente y se saltan los límites muy pronto porque vivimos en un mundo donde hay demasiadas guerras personales fomentadas por la envidia, el odio, el rencor, la amargura, la mentira. Son ingredientes perfectos que anidan en la mente y corazón de las mujeres y hombres que poblamos esta tierra.
Tengo la impresión de que mucha gente tiene miedo a que algún político o terrorista o iluminado estúpido en algún momento se le crucen los cables y apriete el botón para lanzar el siguiente misil o la bomba atómica y así se desencadene la tercera guerra mundial que provoque una catástrofe de tal magnitud que venga el Apocalipsis. Esa es una verdad que no podemos negar.
Me produce escalofríos una debacle mundial. Pero también me preocupa mucho que mientras tememos esa gran guerra cada día, los casi ocho mil millones que poblamos la tierra, seres como tú y yo apretamos el botoncito del orgullo, de la guerra de nervios en casa, de los conflictos entre matrimonios y familias, así como sociales. Pequeñas guerras y tensión en las que vivimos permanentemente sumergidos.
¡Que pocas almas pacificadoras se encuentran en la vida! La mayoría esgrimimos el “ojo por ojo”, pero no para hacer justicia sino para la revancha. Tú me la haces y yo te la devuelvo peor. Cuánto rencor, cuantas espadas levantadas, cuánta venganza. Tenemos que curar nuestras almas, nuestros pensamientos. Dejar de prepararnos para la guerra si queremos la paz, y aplicar el poner la otra mejilla. ¿Utopía? No, puro cristianismo, puro mensaje de Jesucristo.
Las grandes guerras vienen de las guerras pequeñas, que son como las zorras que destruyen la viña. Esos conflictos pequeños e individuales que sólo se pueden combatir con el perdón, la ternura, la comprensión, empatía y resiliencia.
El mundo cambiará cuando haya seres cristianos como Él, que se comprometan a ser portadores y promotores de paz. Y como dijo Nelson Mandela “No basta con hablar de paz; uno debe creer en ella”.
Autor: Jorge J. Pastor-Mut. Dénia, 25 de octubre 2023. El autor es pastor evangélico bautista. (Ver biografía de Jorge J. Pastor-Mut)
Jorge J. Pastor-Mut
© 2023- Nota de Redacción: Este artículo fue escrito originalmente por el autor para Noticias Marina Alta - Canfali. Se publica en este espacio con permiso del autor.
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