OBITUARIO / POR WENCESLAO CALVO
En recuerdo de David Pritchard
En el día de ayer partió a la presencia del Señor, David Pritchard, misionero de origen británico que junto a su esposa Cillia hizo de España su hogar y campo misionero. Era muy querido y especialmente reconocido por su ministerio para la evangelización y educación cristiana de los niños a través de recursos creativos para las escuelas dominicales. El pastor Wenceslao Calvo, compañero y amigo de los Pritchard por muchos años, es el autor de este obituario.
David Pritchard / Foto: Facebook
(Wenceslao Calvo, 30/08/2022) Conocí a David Pritchard en el año 1974, cuando llegué, buscando a Dios, a la iglesia de Pueblo Nuevo en Madrid. El pastor era Arnaldo Fernánez-Arias y David, junto con su esposa Cilla, estaba sirviendo en el ministerio en dicha iglesia, especialmente en lo relacionado con la escuela dominical para los niños.
Ellos habían llegado a España como misioneros pocos años antes, procedentes de Inglaterra y se habían establecido en el barrio donde la iglesia estaba. Por aquel entonces tenían dos hijas, Melanie y Lorna, y con el paso de los años su familia se vería aumentada hasta tener siete hijos: John Paul, Samuel, Andrés, Miriam y Debbie. Recuerdo que nunca antes en mi vida había bebido té, porque en España esa bebida era un tanto extraña, pero por el contacto con David y Cilla el té comenzó a ser parte habitual, hasta el día de hoy, de mi cotidianeidad.
En el año 1975 la iglesia comenzó a recibir noticias de lo que estaba pasando con los cristianos en los países comunistas del Este de Europa, a raíz de lo cual se comenzó a orar por ellos. David era quien nos suministraba las noticias procedentes de varias misiones centradas en ese campo y en el verano de ese año se efectuó el primer viaje misionero de la iglesia, siendo él uno de los cinco componentes de aquel equipo. Fue el primero de muchos otros viajes que se realizaron, en los que se llevaban Biblias y otro material cristiano para ayudar a las iglesias que estaban sufriendo muchas restricciones y hasta persecución. Estuve con David en uno de tales viajes, en los que él estuvo ministrando la Palabra a un grupo de jóvenes en la ciudad yugoslava de Subotica.
David fue promotor de "Godly Play" y otros recursos para la formación de maestros de escuela dominical en las iglesias / Foto: Facebook
Juntamente con su visión hacia el Este de Europa, David seguía adelante con su ministerio entre los niños, siendo de esta manera como comenzaron los campamentos anuales que él dirigió cada verano, durante mucho tiempo, en Pinos Reales. Muchos de los que ahora son padres de familia y entonces eran chavales a finales de los años setenta y en los ochenta, estuvieron en esos campamentos, que iban creciendo en asistencia y extensión. Lo que comenzó siendo una actividad propia de la iglesia local, acabaría convirtiéndose en un ministerio de alcance nacional, siendo David el coordinador nacional de la Unión Bíblica y luego el promotor en España del movimiento Godly Play. Para David era un error mayúsculo considerar la obra entre niños como algo de segunda categoría o pensar que la escuela dominical era un mero recurso para tener entretenidos a los niños, mientras los adultos escuchaban la predicación.
Tras vivir varios años en el barrio de Pueblo Nuevo, David y Cilla se trasladaron al pueblo madrileño de Coslada, donde comenzaron una obra pionera para fundar una iglesia local en esa localidad, resultando en el establecimiento de una comunidad cristiana, como a él le gustaba definirla, denominada Maranata, que hasta el día de hoy sigue existiendo. Tras ejercer allí como pastor durante varios años y serlo también de Asamblea Cristiana en Orcasitas, David y Cilla salieron para Galicia, que ha sido su lugar de residencia desde entonces, viajando David por toda España para preparar a los que trabajan entre niños. También, como representante de la Unión Bíblica y de Godly Play, asistió a conferencias internacionales, siendo su nombre bien conocido en los ámbitos referentes al ministerio entre niños. De hecho, un misionero afincado en España me dijo que no había conocido a nadie con un ministerio tan sumamente específico y concreto como el que David ejercía.
"Para David era un error mayúsculo considerar la obra entre niños como algo de segunda categoría o pensar que la escuela dominical era un mero recurso para tener entretenidos a los niños, mientras los adultos escuchaban la predicación". / Foto: Facebook
Después de una larga y dura batalla con el cáncer, David ha terminado su carrera terrenal. Pero como dice Apocalipsis 14:13: ‘Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.’ Descansar de sus trabajos, se refiere al término de las luchas y aflicciones. Las obras que con ellos siguen, se refiere al fruto espiritual que permanece, resultado de la siembra efectuada.
David Pritchard ya está descansando de pesadumbres terrenales, pero gozándose en su Señor, que le ha recibido con las palabras: ‘Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.’ (Mateo 25:21)
Autor: Wenceslao Calvo, pastor, escritor y conferenciante evangélico