SIN ÁNIMO DE OFENDER / POR JORGE FERNÁNDEZ
De cómo el sermón de un pastor pentecostal restó un aliado a Boris Johnson (y de por qué no es noticia en los medios españoles)
El exsecretario de Salud y Seguridad Social británico dimitió por motivos de conciencia tras escuchar al pastor Les Isaac hablar de "la responsabilidad y la integridad del servidor público". “Me di cuenta de que no podía seguir apoyando al Primer Ministro”, dijo.
Boris Johnson (i); Sajid Javid (c); y Les Isaac (d)
(JORGE FERNÁNDEZ, 14/07/2022) El exsecretario de Salud y Seguridad Social del Reino Unido, Sajid Javid, reconoció que le costó tomar la decisión de dimitir de su cargo a pesar de haber perdido la confianza en el Primer Ministro Boris Johnson tras verse implicado en diversos escándalos.
Si sus excentricidades y sus fiestas ilegales, contraviniendo las duras restricciones Covid que su propio Gobierno había impuesto a sus ciudadanos, no hubieran sido motivos suficientes, Javid reveló en una entrevista con The Telegraph que comenzó a pensar seriamente en renunciar después de conocer que Boris Johnson sabía sobre las acusaciones contra el jefe adjunto Chris Pincher (de escándalo sexual por presuntamente “manosear” a dos parlamentarios conservadores).
Pero, como él mismo ha reconocido en su discurso de dimisión ante el Parlamento, no fue hasta que escuchó al pastor pentecostal Les Isaac en su sermón en el Desayuno anual de Oración en Westminster, disertar sobre la responsabilidad y la integridad del servidor público, cuando decidió dimitir, por motivos de conciencia.
Al conocer esta noticia, mi primera mirada se dirige con tristeza hacia el otro lado del charco, a las Américas, para lamentar que la proclamación de “la responsabilidad y la integridad de los servidores públicos” no haya tenido una voz profética como la del pastor Les Isaac, clara, relevante y audible entre los evangélicos conservadores que han apoyado -o apoyan- a “presidentes evangélicos” de más que dudosa condición moral.
Desde Efraín Ríos Montt, el primer presidente “evangélico” en América Latina -condenado a 80 años de cárcel por genocida y culpable de crímenes de lesa humanidad-, pasando por algunos de los más corruptos, excéntricos populistas, negacionistas y xenófobos mandatarios en los últimos tiempos, el "cheque en blanco moral" provisto por destacados líderes del evangelicalismo conservador americano nos produce rubor y estupor.
No es que no las haya, esas voces disidentes, en el campo evangélico americano. Pero lamentablemente no son las que más se oyen.
Los extremismos ideológicos y las brechas que se han extendido por todas las Américas también han dividido a muchos cristianos, que no han sido capaces de escapar a esa presión dicotómica que lo ha contaminado todo y que ha sido tierra fértil para los discursos populistas: “o estás a un lado, o estás al otro”. Sin matices. Sin objetividad. Sin verdad.
Hay que volver a decir, y decirlo bien alto y claro, que “la responsabilidad y la integridad” son valores -y deberes para un servidor público- que están sustancialmente por encima de cualquier ideología o posicionamiento político. Que el fin nunca justifica los medios. Que se puede ser conservador o liberal, de izquierdas o de derechas, pero ante todo "somos de Cristo", y lo que no se puede es faltar a la integridad y a la responsabilidad y pretender la aprobación o el apoyo de los cristianos. ¡Por no hablar de la aprobación y el apoyo de Dios!
Esa es la primera lectura o mirada que, como cristiano evangélico de origen americano, me sugieren esta noticia y sus protagonistas: un pastor que proclama “integridad y responsabilidad” ante un público en el que había 190 parlamentarios británicos; y un político (al menos uno, aunque puede que hayan sido más) que escucha y actúa en consecuencia, por motivos de conciencia.
Mi segunda mirada es de ámbito local, como consejero de Medios de Comunicación, responsable de prensa y director de un medio evangélico en España. Y me lleva a lamentar el hecho de que los grandes medios españoles, que siempre informan amplia y diligentemente sobre, por ejemplo, "los apoyos evangélicos a Trump y Bolsonaro", no hayan dedicado ni una sola línea a esta noticia, ni cabe esperar que lo hagan.
Como siempre, solo se ve lo que se quiere ver. En fin.
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