SILBO APACIBLE / por GUILLEM CORREA
Púlpito o partido
GUILLEM CORREA, 25/05/2018 | Hay que decidir: ¿Púlpito o partido? Esta es la pregunta sobre la que reflexiona Jorge Fernández en su artículo titulado “¿Pastores o políticos?”. Lo primero que hay que decir sobre este artículo es que se merece un aplauso.
Se merece un aplauso porque tiene el valor de tratar un tema complicado, complejo y secuestrado por algunos. Pero se merece otro aplauso por tener la valentía de decir en voz alta lo que muchos comentamos en voz baja.
¿Por qué buscan los partidos políticos a famosos pastores o pastoras que tienen ingentes cantidades de seguidores? ¿Por sus ideas políticas o porque tienen ingentes cantidades de seguidores?
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A mi entender el pastor que quiere ser pastor o pastora no ha de confundir a los fieles que se congregan bajo su liderazgo. Si alguien se siente llamado o llamada por Dios a servir en el ministerio pastoral ese llamado implica, necesariamente, la renuncia a otros llamados: no podemos servir al púlpito y al partido simultáneamente porque o bien traicionamos a uno o bien traicionamos a otro aunque, por la general, se termina traicionado a ambos.
Porque quien es pastor lo es de quienes tienen sus mismas ideas políticas, de quienes se oponen totalmente a sus ideas políticas, de quienes están entre sus ideas políticas y otras ideas políticas y de quienes piensan que los tres anteriores están equivocados “porque un verdadero creyente no se mete en política”.
Porque si eres pastor o pastora no puedes utilizar el púlpito para predicar tus ideas políticas ni tampoco puedes acceder a la política porque tienes un púlpito.
¿Por qué buscan los partidos políticos a famosos pastores o pastoras que tienen ingentes cantidades de seguidores? ¿Por sus ideas políticas o porque tienen ingentes cantidades de seguidores? Es evidente que les buscan porque tienen ingentes cantidades de seguidores porque si les buscaran por sus ideas les pedirían que dejaran el púlpito para dedicarse a la política. Y esto nunca sucede.
Hay que decidirlo muy claro: quien opte a la política desde su púlpito se está sirviendo de su poder religioso para alcanzar poder político, en lugar de vivir el ministerio pastoral desde el servicio al que somos llamados por nuestro Señor Jesucristo
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Les buscan y les ofrecen lugares destacados en sus listas electorales por ser líderes de opinión, por ser “influenciadores”.
Lo que la Iglesia debería hacer es levantar su voz profética para denunciar que los pastores o las pastoras que utilizan su púlpito para ganar notoriedad política están desfigurando el mensaje y el testimonio cristiano. Porque, por acertadas que sean las ideas políticas de un determinado partido, el solo hecho de que un pastor/a pida que voten a un determinado partido político ese pastor/a está queriendo imponer su autoridad espiritual entre sus seguidores para que respalden sus posiciones políticas o está quebrantando su autoridad espiritual entre quienes piensan que sus posiciones políticas están equivocadas o no merecen su voto.
Naturalmente que los cristianos protestantes podemos y debemos ejercer militancia política. Mejor nos irían las cosas si tuviéramos protestantes en destacados puestos políticos de los diferentes partidos. Esa es una opción útil, necesaria y recomendable. Pero, al mismo tiempo, esa es una opción a la que debemos optar desde nuestra ciudadanía y no desde nuestro púlpito pastoral.
Hay que decidirlo muy claro: quien opte a la política desde su púlpito se está sirviendo de su poder religioso para alcanzar poder político, en lugar de vivir el ministerio pastoral desde el servicio al que somos llamados por nuestro Señor Jesucristo.
Autor: Guillem Correa Caballé
© 2018. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
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