MUY PERSONAL / TRIBUTO
"Bienvenido Mr. Blake"
Con mi querido Juan Blake en su casa, en agosto de 2014
(JORGE FERNÁNDEZ, 30/03/2018) Todavía me siento conmocionado por la noticia del fallecimiento de mi querido y admirado Juan Blake, con el que mantuve una conversación telefónica hace apenas una semana cuando me llamó para interesarse por la marcha de nuestras iglesias en San Fernando de Henares.
Esas serán las últimas palabras que guardaré de él en mi corazón, palabras de ánimo y de apoyo como todas las que me ha dedicado desde que le conozco.
En 2013, en ocasión de su 80º cumpleaños, le dediqué esta poesía que titulé, parafraseando a la famosa película de Berlanga, "Bienvenido Mr. Blake". Hoy, al producirse su "cambio de domicilio", puedo imaginarme a los ángeles del Cielo "haciéndole pasillo" (como hacen los futbolistas a los jugadores de los equipos campeones), y dedicándole un celestial "Bienvenido Mr. Blake" antes de recibir su "Bien buen siervo y fiel...", de boca del Maestro.
Con esa imagen en mente, con mucho respeto a toda la familia de Juan (la natural y la de la fe), y como un humilde y cariñoso tributo a su memoria, hoy vuelvo a publicarla en este rincón.
"¡BIENVENIDO MR. BLAKE!"
“Mr. Marshall” no llegó,
y así Berlanga lo cuenta
allá por los años cincuenta
en un film que realizó.
“Lo que el viento se llevó”
fue otra peli muy famosa,
y “de pelis” va la cosa
De "otro Míster" que hablo yo.
El que trajo, “Los inquietos”,
“Lucía” y “Hora de huir”,
con el fin de compartir
el Evangelio y sus retos;
un guiri de nombre John,
(aunque Juan rebautizado)
que a España llegara enviado
para impulsar la Misión.
Misión que cumplió fielmente
con entrega y con pasión,
al volante de un camión
y con espíritu urgente.
Para llegar a la gente
sin perdón ni Salvación,
no esperaba la ocasión;
la creaba, diligente.
“Tumba de los misioneros”,
llamaban a España antaño,
sin vislumbrar el rebaño
de españoles muy sinceros.
Y de la falta de obreros
para sembrar la semilla;
de Cantabria hasta Melilla,
y ocho mil pueblos enteros.
Pero Juan miró los campos
y puso mano al arado,
y es mucho lo que ha sembrado
en esta tierra de “santos”.
Y lo que ha brindado a tantos,
que por conocer a Cristo
adoran al que no han visto,
y hoy le alaban con sus cantos.
Por eso, hoy que cumple ochenta,
yo le dedico estos versos
pensando en tantos conversos
que hay que apuntarle a su cuenta.
Y siendo que soy su pariente*
(y aprendiz de misionero)
le digo: “¡Cuánto te quiero!
¡Y cuánto te admiro, valiente!”.
“Mister Marshall” no llegó,
comenzaba este relato
y tras escribir un rato
mi imaginación cesó.
Por eso aquí me despido
Con una frase ocurrente:
“En nombre de España y su gente:
¡Mr. Blake, muy bienvenido!”.
© Jorge Fernández Basso – Madrid, 11/02/2013
* En 2006 mi hijo mayor Ezequiel se casó con la nieta mayor de Juan, Elísabet.
Autor: Jorge Fernández
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