CARTELERA / CINE - Por ABIGAIL FERNÁNDEZ AGUIRRE
"La cabaña"; la oración de un hombre decepcionado con Dios.
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Abigail Fernández Aguirre, escritora |
(ABIGAIL FERNÁNDEZ AGURRE, 05/10/2017) | Los seres humanos buscamos la felicidad. Cuando no la encontramos, tratamos de buscar culpables; cuando no los encontramos (o cuando la respuesta resulta insuficiente), buscamos sentido en medio del caos. Por eso un individuo que se plantee la existencia del Dios bíblico siempre llegará al dilema que David Hume resume en sus Diálogos sobre la religión natural: «¿Acaso Dios está dispuesto a prevenir el mal, pero es incapaz de hacerlo? Entonces es impotente. ¿Es capaz pero no está dispuesto? Entonces es malévolo. ¿Está dispuesto y es capaz de hacerlo? ¿Por qué existe el mal entonces?».
Estas y otras preguntas de difícil respuesta son las que enfrenta Mackenzie Phillips (Sam Worthington), el protagonista de La cabaña.
La película, basada en el best seller de W. Paul Young publicado en 2007, cuenta la historia de un hombre que ve su vida arrasada por la tragedia. Años después de perder a su hija pequeña en terribles circunstancias, recibe en su buzón una extraña carta en la que Dios mismo lo invita a pasar un fin de semana en aquella cabaña donde su vida se estancó. Mackenzie decide acudir a la cita, y comienza así un viaje espiritual lleno de confrontación, dudas, misterio y sanidad interior.
La película aprovecha esta particular premisa para explorar algunas cuestiones relativas a la fe cristiana. En sus conversaciones con las tres personas de Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo), Mackenzie lanza como dardos las preguntas que salen de lo más profundo de su dolor: «¿Dónde estabas cuando yo te necesitaba? ¿Por qué me abandonaste? ¿Por qué dejaste que esto sucediera?». La cabaña toma forma de parábola, pero es, sobre todo y en esencia, una larga oración: el reclamo de un hombre herido y decepcionado, hambriento de justicia divina, y las respuestas de un Dios que le escucha con paciencia y lágrimas en los ojos, hablándole de un amor que va más allá del entendimiento humano.
Mackenzie Phillips (Sam Worthington), en una secuencia de La cabaña
En cierto sentido, la película funciona mejor cuando refleja este conflicto que cuando intenta contestar a sus propios interrogantes; no porque las respuestas que presenta no sean válidas, sino porque se explican demasiado, cuando en la ficción es importante dejar parte de la interpretación al espectador. Por otro lado, muchas de las imágenes y símiles con los que se transmite ese mensaje resultan efectivos y dan lugar a escenas conmovedoras.
En conclusión, La cabaña es un estreno interesante para aquellos espectadores que acudan al cine con alguna inquietud espiritual, o incluso con cierta curiosidad intelectual, ya que hoy en día no es típico encontrar una película que aborde la temática religiosa de forma tan directa. Más allá del debate y los argumentos, La cabaña no es solo el relato de un padre que trata de resolver el luto por su hija, sino también el reflejo de cualquier ser humano que alguna vez, en medio de su sufrimiento, alza los ojos al cielo en busca de una respuesta.
La película "La Cabaña", en la que se basa esta crítica, se estrena este viernes en cines de toda España.
EL TRÁILER
. Asitimos al preestreno de "La Cabaña" (por Mateus Rodrigues de Mendonça)
Autor: ABIGAIL FERNÁNDEZ AGUIRRE, Octubre 2017.
