DESDE EL CORAZÓN
Crisistunidades
(José Luis Navajo, 25/02/2013) No es invención mía el término, ni fui yo quien lo acuñó, pero la extraña palabra encierra un cien por ciento de verdad: Las grandes crisis cobijan en su seno a las mayores oportunidades.
Algo así… muy parecido a eso, he podido comprobarlo de forma experiencial en las últimas semanas.
La carta me alegró y emocionó a partes iguales. Una brevísima misiva que llegaba de Estados Unidos y que contenía un comunicado cordial.
La sencilla nota era remitida por una de las casas editoriales con las que publico. En ella me informaban de que YOLIMWON PUBLISHING, conocida editorial coreana había adquirido los derechos de mi libro “Una Cruz En El Desierto” para su publicación en ese idioma.
Me alegró… me alegró mucho, no solo por las razones más obvias. ¿A qué escritor no le hace feliz la noticia de que sus obras vean la luz en otras lenguas? Pero había otra causa que motivaba la alegría: ese sencillo trabajo que hasta la fecha se ha publicado en cuatro idiomas además de ser editado en audiolibro, nació en un momento de dificultad extrema. Algunas líneas fueron escritas bajo la luz del arco iris, pero en demasiadas ocasiones la tinta fue sangre que brotó de mis heridas. Gran parte de esa obra se escribió en el corazón de una tormenta que a punto estuvo de tragarme.
Pero es, de los dieciséis libros que tengo publicados, el que más esperanza y consuelo está llevando al mundo entero.
La evolución de ese texto me ha confirmado que hay frutas que maduran bajo la luz de la luna y plantas medicinales que deben sus propiedades a los lugares pantanosos y sombríos en los que crecen. Eso es lo que está ocurriendo con Una Cruz En El Desierto. He podido comprobar que el yunque del divino herrero es la factoría en la que forja sus instrumentos y el horno es la matriz en la que se gestan herramientas de bendición.
Cada semana recibo mensajes de diferentes partes del mundo. Algunas son notas que chorrean dolor impregnado en esperanza: Estaba a punto de dejar el ministerio –me dicen-, pero los consejos del “viejo pastor” me hicieron remontar el vuelo.
El viejo pastor es el protagonista de la obra. A su casa llega un pastor joven e inexperto que, a punto de tirar la toalla por haber llegado al límite de sus fuerzas, visita el hogar del anciano en busca de ayuda. La casa del pastor octogenario se convierte en una clínica del alma y un oasis del espíritu.
El joven surge de allí renovado, bendecido y restaurado.
He aprendido, sin ningún género de dudas, que las grandes adversidades de la vida deberían ser llamadas crisistunidades. Kalhil Gibran lo dijo mejor que nadie: en el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
No será diferente en tu caso, querido lector, aférrate a la fe y la esperanza en medio de la noche, y saluda al nuevo día, que ya está despuntando.
Autor: José Luis Navajo
© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.
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