CONFERENCIA
Ayer y hoy del Protestantismo en Navarra
(NAVARRA, 10/11/2011) El pasado sábado, 5 de noviembre, se celebró la conferencia “Ayer y hoy del protestantismo en Navarra” de la mano del historiador y escritor Gabino Fernández Campos. El acto, organizado por el CENA (Consejo Evangélico de Navarra), reunió casi 600 personas en el salón de actos del IES Plaza de la Cruz, durante una hora y media, para poder conocer más de cerca el pasado de Navarra como reino protestante.
Esta conferencia fue organizada con vistas a futuro, ya que se prevé organizar una jornada evangelística bajo el mismo lema el próximo año. El CENA, entre otras instituciones, espera poder participar en los importantes actos institucionales que el Gobierno de Navarra está preparando para el 2012. Dicho año se conmemorarán el octavo centenario de la batalla de las Navas de Tolosa y el quinto centenario de la conquista de Navarra, para su posterior incorporación a la Corona de Castilla.
Desde un presente realista y para un futuro esperanzador, el Presidente del Consejo, D. Luis Nasarre de Letosa, invitó a todos los asistentes a mirar muchísimo más atrás para poder comprender cuántos sacrificios, cuántas oraciones y cuánta entrega hubo en la querida tierra de Navarra, y poder así llegar a entender el presente actual en la que existe una unidad en Cristo Jesús.
Se dio comienzo a la charla con una oración y la lectura de la parábola del sembrador (Lucas 8: 9-15), primero en la versión que Juan de Lizarraga tradujo al vasco y luego en español. A continuación Gabino Fernández Campos procedió a relatar la historia de Juana III de Albret, reina que dejó una importante herencia a Navarra: el amor a la Palabra.
Su vida fue marcada por un contacto temprano con las Sagradas Escrituras, ya que creció bajo el temor de Dios que le inculcó su madre Margarita de Angulema. Por esta razón, la reina Juana predicaba el evangelio a sus vasallos y defendía que “No sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra de Dios”.
La Biblia estuvo presente en cada uno de los ámbitos de su vida. Por ello, una de las decisiones más importantes de su reinado fue traducir el nuevo testamento al vasco por amor a la Palabra de Dios y a la gente que estaba bajo su autoridad. Encomendó dicha labor a Juan de Lizarraga, junto a un equipo de otros cuatro, en 1571. Su vinculación con la Biblia le granjeó muchos enemigos, ya que defendió la fe en una época en la que el martirio originó imágenes realmente espeluznantes a lo largo de la península Ibérica. Sin embargo, siempre se mantuvo fiel a la Palabra, hasta que en 1572 murió envenenada.
Según el Presidente del CENA, así como ocurrió en la época de la reina Juana III de Albret, “el avance del Reino en Navarra sigue siendo una cuestión de Dios a través del Espíritu Santo basada en la obra redentora de Jesucristo en la cruz del calvario, por deseo expreso del amor del Padre. De esa forma el avance del evangelio en Navarra es imparable y va a serlo en las próximas generaciones”. Por último, se concluyó la conferencia en oración y clamando a Dios para que Él prospere la semilla que ha sido plantada en la tierra de Navarra.
