OPINIÓN / EDITORIAL

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La preparación de los colegios electorales forma parte del "ritual" de la jorndada electoral

(EDITORIAL, 22/05/2015) El próximo domingo 24 se celebran, por fin, las elecciones municipales y autonómicas en España. La campaña termina oficialmente hoy. Mañana es “jornada de reflexión”, un momento oportuno para que los candidatos descansen tras semanas de maratonianos mítines y comparecencias públicas. Oportunidad, también, para que enderecen los ceños fruncidos, abran las manos cerradas en puños y, despojados de toda acritud, acudan mañana como buenos ciudadanos a votar, con una sonrisa amplia y saludando a los responsables de mesa en los colegios electorales con la mayor cortesía.

Después, a sentarse frente a la tele, en casa o en el bar, a esperar el recuento de los votos y los primeros avances informativos.

Las cadenas de televisión y radios, y los principales medios impresos y digitales, harán jornadas dobles para ser los primeros en anunciar los resultados, para recoger las primeras impresiones de los candidatos, para captar las imágenes más curiosas y las anécdotas más simpáticas de la jornada. Y siempre atentos, también, a cualquier incidente, que esperemos sean ningunos; que la jornada, como viene siendo habitual en nuestro país, se desarrolle con todas las garantías de transparencia, libertad y seguridad para todos los ciudadanos.

Ya hemos comprendido y, a un precio muy alto, que nuestro voto no puede ser “un cheque en blanco”. La crisis y los abusos nos han hecho madurar como ciudadanos… (¡O eso debiera!)

Y al final…, o al día siguiente, conoceremos a los ganadores. Felicidad para algunos, y decepción para otros. ¡Incluso puede que alguna sorpresa! (Y volveremos a cuestionarnos la objetividad o eficacia de algunas encuestas…).

Pero, en todo caso, gane quien gane…, aceptaremos los resultados con la mayor “deportividad” y, nos guste más o menos, reafirmaremos nuestra condición de ciudadanos y demócratas, respetuosos de las reglas de juego del Estado de Derecho.

Gane quien gane, además, tendremos que seguir movilizados. Respetando el sistema representativo, por supuesto, y dando el tiempo (¿primeros cien días, dicen?), la oportunidad y el espacio necesario para que nuestras autoridades electas puedan demostrar la sinceridad de sus intenciones, de cumplir con sus promesas electorales.

Pero no dejándolos solos…

Ya hemos comprendido y, a un precio muy alto, que nuestro voto no puede ser “un cheque en blanco”. La crisis y los abusos nos han hecho madurar como ciudadanos… (¡O eso debiera!). Ya hemos entendido que la confianza y el respeto a nuestras instituciones, no puede ser equivalente al desinterés y la desidia, por lo que pase dentro de ellas. Que la consolidación de la democracia y de los beneficios que se derivan de ella, requieren del compromiso de ciudadanos activos y responsables. Poniendo nuestro hombro, sí, pero exigiendo que se cumplan los compromisos.

Y, gane quien gane… los cristianos evangélicos seguiremos trabajando para el bien común, la paz y la convivencia; orando por nuestros gobernantes para que Dios les de sabiduría y nos gobiernen con justicia y honestidad, tal como nos enseña la Biblia (1 Timoteo 2:1-4).

¡También necesitamos estar “movilizados” en la oración!, y lo sabemos.

Y la primera oportunidad de hacerlo juntos será casi inmediata. Los sábados 6 y 13 de Junio, las iglesias evangélicas de España estamos convocadas a reunirnos para orar unidas por España.

¡Y volveremos a orar por nuestros gobernantes electos!

Gane quien gane…

Actualidad Evangélica, viernes 22 de mayo de 2015.-

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