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GUILLEM CORREA, 31/10/2012 | La pluralidad religiosa debe hacerse visible. Debe vivirse en la calle. Y debe hacerse sin que cueste dinero.

¿Cómo hacerlo? No es nada fácil contestar a esta pregunta.
Una buena manera de dar respuesta a todos estos requerimientos sería que fuese festivo el Día de la Reforma Protestante.

El 31 de Octubre de cada año, las Iglesias Protestantes celebramos el Día de la Reforma. Entre nosotros la Iglesia Evangélica, como institución, está presente desde el año 1868, lo cual quiere decir que ya sería hora de reconocer públicamente nuestra existencia.

La propuesta no quiere añadir una festividad más a las ya existentes. Proponerlo sería dar pie a que la "gente del norte" tuviera una razón más para acusarnos de que a la "gente del sur" sólo nos gusta la juerga y trabajar poco.

La propuesta va en sentido contrario.

Se trataría de sustituir una de las fiestas existentes entre semana para trasladarla a un lunes, que sería cuando se celebrase el Día de la Reforma Protestante.

De este modo la celebración protestante no sólo fomentaría la visibilidad de la pluralidad religiosa, sino que fomentaría la productividad al garantizar que la celebración siempre tendría lugar en lunes.

Como la idea parece razonable damos un segundo paso y contestamos a la pregunta: ¿Y qué lunes?

Sería lógico pensar que lo más adecuado fuese que se celebrara el lunes anterior al día 31 de Octubre. Esta propuesta tiene el inconveniente de que el día uno de Noviembre es festivo y no es prudente concentrar tanta festividad junta.

¿La posible solución? Pues celebrarlo el lunes anterior al lunes anterior. O el lunes posterior del lunes posterior, es decir: en el mes de Noviembre.

Con esta propuesta se empezaría a hacer visible la pluralidad religiosa entre nosotros. Esta pluralidad saldría a la calle, fomentaría la productividad del país -al trasladar un festivo a un lunes-, podría ser de ejemplo para que también otros festivos se pudieran trasladar al lunes, no se perdería ningún festivo y todo ello se lograría sin coste adicional.

Parece una buena iniciativa, ¿no?

Pues ahora nos corresponde hacerla llegar a la autoridad competente para que pueda ser realidad cuanto antes.

Autor: Guillem Correa Caballé

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