EEUU / TOMA DE POSESIÓN PRESIDENCIAL

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Las oraciones, los versículos de la Biblia y la referencia a la 'Ciudad de Dios' marcaron el escenario en la investidura del Presidente, de fe católica. Fue la primera ceremonia de inauguración en casi cincuenta años que no incluyó a un líder protestante blanco. 

Joe Biden y su esposa, Jill Biden, durante el juramento. SAUL LOEB (AFP)

(WASHINGTON, EEUU,  20/01/2021) En su discurso inaugural, en el que hizo un llamamiento a la unidad nacional, el presidente Joe Biden recurrió a las enseñanzas cristianas, incluidos los Salmos y a San Agustín, para reconocer el dolor del momento político actual y su deseo de unir a los estadounidenses en torno a valores comunes.

A pesar de los ajustes realizados a la ceremonia de este año, el evento ofreció la típica exhibición de la religión civil estadounidense —con oraciones y apelaciones a las aspiraciones nacionales— con guiños a la fe católica de Biden en todo momento.

En sus primeros comentarios como presidente, Biden continuó usando el lenguaje del "alma" que fue el mantra de su campaña, diciendo: "Mi alma está en esto, unir a Estados Unidos, unir a nuestro pueblo, unir a nuestra nación, y pido a cada americano que se una a mí en esta causa". Reconoció que, “hablar de unidad puede sonar para algunos como una tonta fantasía en estos días. Las fuerzas que nos dividen son profundas y reales”, pero les dijo a los estadounidenses que “la historia, la fe y la razón muestran el camino de la unidad”.

Michael Wear, fundador de Public Square Strategies LLC y anterior miembro del personal de la Casa Blanca, calificó el discurso inaugural como "un llamamiento conmovedor para una unidad sustantiva" y el mejor discurso de Biden en toda su vida.

“Se basó en las fuentes más profundas y significativas que Biden podía aprovechar, incluida la fe”, dijo Wear, quien sirvió bajo el presidente Obama. "Biden fue honesto en el discurso, reconociendo que la unidad no se encontraría en un acuerdo sobre cada propuesta de política, sino en un propósito y afecto compartidos".

Cuando Biden enumeró los valores comunes de los Estados Unidos, tales como la oportunidad, la seguridad, la libertad, la dignidad, el respeto, el honor y la verdad, citó una enseñanza de San Agustín, "un santo de mi iglesia", de que "un pueblo es una multitud definida por los objetos comunes de su amor".

Agustín, uno de los llamados “padres de la iglesia”, compartió este punto de vista en La ciudad de Dios, donde presentó el amor, no la ley, como lo que une a una sociedad. Escribió que "el alma adquiere el carácter de lo que ama" y "para ver cómo es un pueblo, debemos mirar lo que ama".

“Es apropiado el uso de esta esta cita porque Agustín está hablando de las personas como nación”, dijo Han-luen Kantzer Komline, una erudita sobre Agustín del Seminario Teológico Western. “También es una jugada brillante evocar a Agustín. Biden es católico, y Agustín es probablemente el teólogo más importante para los católicos aparte del propio apóstol Pablo, pero también es realmente importante para los protestantes”.

Pero Kantzer Komline señala que Agustín también enseñó que, apelar a los amores comunes, incluso a los buenos, no es suficiente para fomentar una sociedad virtuosa; que se requiere del amor de Dios por encima de todo.

James K. A. Smith, cuyo libro You Are What You Love (“Eres lo que amas”) está basado en las enseñanzas de Agustín, también celebró la referencia de Biden.

En su discurso, el presidente Biden continuó citando el Salmo 30:5, “El llanto puede durar una noche, pero el gozo llega en la mañana”.

“Lo notable no es que haya citado los salmos. Muchos presidentes han citado los salmos en sus discursos inaugurales, desde Woodrow Wilson hasta Barack Obama. Lo notable es lo doblemente acertada que fue su elección”, dijo W. David O. Taylor, autor de Open and Unfraid: The Psalms as a Guide to Life (“Abiertos y sin miedo: Los salmos como una guía para la vida”) . “No solo describe con precisión el deseo de tantos estadounidenses, es decir, que este tiempo de prueba llegue a un final seguro y rápido; también describe acertadamente la historia del salmista que se mete en problemas y sale de ellos ".

Taylor, profesor del Seminario Teológico Fuller, señaló que el Salmo 30 está lleno de imágenes obsesivas de la muerte, antes de invitar a la comunidad a alabar a Dios y esperar que él convierta su "lamento en baile".

“Por el momento, para nosotros como estadounidenses, este es un lenguaje de aspiraciones. Aún no hemos llegado. Pero Biden toca la nota correcta al dar voz al anhelo de cada corazón humano, no solo durante estos tiempos difíciles y problemáticos, sino en cada momento y en cada lugar donde Dios nos ha rescatado de la muerte a la vida ”, dijo.

La ceremonia incluyó oraciones del sacerdote jesuita Leo O'Donovan y del predicador episcopal metodista africano Silvester Beaman, una alineación más pequeña que los seis clérigos que hablaron en la inauguración de Trump en 2016 . Fue la primera ceremonia de inauguración en casi cincuenta años que no incluyó a un líder protestante blanco. (Los nominados al gabinete de Biden son principalmente católicos, judíos y cristianos no blancos; Pete Buttigieg, un episcopal, es el único protestante blanco entre ellos).

O'Donovan, ex presidente de la Universidad de Georgetown en DC, citó 1 Reyes 3: 9 y Santiago 1: 5 mientras oraba. “Para nuestro nuevo Presidente, te rogamos la sabiduría que buscaba Salomón cuando se arrodilló ante tí y oró 'por un corazón comprensivo para poder gobernar a la gente y saber la diferencia entre el bien y el mal”, dijo. “Confiamos en el consejo de la carta de Santiago, 'Si alguno de ustedes carece de sabiduría, pídala a Dios, que da generosamente a todos sin reproche, y le será dada”.

En una bendición que hacía referencia al lugar de los esclavos, los indígenas estadounidenses y los inmigrantes en los Estados Unidos, Beaman desafió al país a trabajar contra el pecado y el quebranto. “Haremos amigos de enemigos. Tu pueblo ya no levantará armas unos contra otros”, dijo. “Nos acostaremos en paz, no asustaremos a nuestros vecinos. En ti, oh Dios, descubrimos nuestra humanidad”.

Los espectadores también celebraron las referencias cristianas ofrecidas por la joven y laureada poeta afroamericana Amanda Gorman, que leyó una composición suya titulada "The Hill We Climb" (“La colina que subimos”), escrita a raíz del ataque al Capitolio de este mes.

"No soy un fanático de la religión en el ámbito público, pero aprecio que la fe de Biden nutre su trabajo y que las Escrituras lo motivan, ya que también inspiraron las palabras de la poeta laureada, Amanda Gorman", comentó Dennis Edwards, profesor de Nuevo Testamento en North Park Theological Seminario.

Kathryn Freeman, estudiante de seminario de la Universidad de Baylor, estuvo de acuerdo. “La frase que más me llamó la atención fue, 'Si fusionamos la misericordia con el poder y el poder con el derecho, entonces el amor se convierte en nuestro legado y cambia la primogenitura de nuestros hijos'. Necesitamos ambos; la misericordia sin poder es débil, el poder sin misericordia es abusivo. Según Miqueas 6: 8, necesitamos ambos: más humildad para lo que es bueno a los ojos del Señor”, dijo.

“La política no lo es todo, pero presenta una oportunidad para corregir los errores, amar a nuestro prójimo y hacer florecer a todos los hijos de Dios. El poema de Amanda fue un hermoso recordatorio de lo mejor de nuestros ideales estadounidenses y la esperanza de un Estados Unidos tan bueno como su promesa”.

Fuente: Christianity Today / KATE SHELLNUTT / Traducción y edición: Actualidad Evangélica

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