RELIGIÓN / ALEMANIA
Los obispos católicos alemanes autorizan la pÃldora del dÃa después en caso de violación
Las vÃctimas de una violación deben recibir, según los obispos, "atención humana, médica, psicológica y espiritual", durante la cual podrán decidir si quieren tomar la pÃldora.
Afirman que sólo es legÃtima para "evitar la fecundación", no para "eliminar un óvulo ya fecundado"
(Redacción, 21/02/2013) La Conferencia Episcopal Alemana aprobó este jueves la prescripción de la llamada "pÃldora del dÃa después" en hospitales católicos para mujeres vÃctimas de violación, tras el escándalo en torno a una joven que no fue atendida en dos clÃnicas de Colonia tras sufrir abusos sexuales.
No obstante, los obispos aclararon que la prescripción es legÃtima sólo en el caso de que el medicamento se tome para evitar la fecundación y no para eliminar un óvulo ya fecundado.
Las vÃctimas de una violación deben recibir, según los obispos, "atención humana, médica, psicológica y espiritual", durante la cual podrán decidir si quieren tomar la pÃldora.
Con su decisión, los obispos siguen la iniciativa del cardenal de Colonia, Joachim Meissner, quien, tras el reciente escándalo, autorizó el uso de la pÃldora del dÃa después, aunque con restricciones, a los hospitales católicos de sus diócesis.
Meissner, según unas declaraciones que hizo en dÃas pasados a medios locales, tomó su decisión tras consultar con el Vaticano y con el secretario del papa Benedicto XVI, Georg Ganswein.
En Alemania se venden desde hace varios años dos preparados de "pÃldora del dÃa después" -que no deben confundirse con las pÃldoras abortivas-, cuya función principal es reprimir la ovulación en la mujer y que deben administrarse en las primeras 72 horas después del acto sexual.
La decisión de los obispos tiene base ginecológica. Las modernas "pÃldoras del dÃa después", cuyo componente activo es el acetato de ulipristal, impiden la fecundación del gameto femenino al evitar la ovulación durante un plazo de 120 horas o más, que suele ser suficiente para que los espermatozoides no sobrevivan en el útero femenino. Las pÃldoras anteriores evitan que el cigoto, es decir el óvulo ya fecundado, anide en el útero. La Iglesia católica considera que el embarazo -y con él la vida humana- empieza en el mismo momento de la fecundación. El Estado alemán estima que el embarazo empieza cuando el cigoto anida en el útero de la madre.
Fuente: RD/Agencias