EN PERSPECTIVA

Enseñar para la vida

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JUAN MANUEL QUERO, 10/05/2011 quero-125

Cierto día se instaló al final de la calle de Marcenado una iglesia protestante. [Hoy en la Plaza Getafe]. Mucha gente cambiaba de acera para evitar ser abducida, pensaba yo […] El asunto de la iglesia protestante se convirtió en tema de conversación habitual, aunque siempre se hablaba de ello en voz baja, […] Algunos, los más osados, aseguraban que los protestantes, aun viviendo en el error, eran más consecuentes que nosotros, los católicos, que sin embargo poseíamos la verdad. […] Como la cosa fuera a más, un grupo de madres pidió al colegio que abordara la cuestión en las aulas, pues ellas no sabían qué responder a nuestras preguntas, muchas de las cuales rozaban la herejía. Así fue como don Toribio, el profesor de religión, sacó a relucir el asunto en la clase de historia sagrada. […] Luego se limitó a pasar por encima de todo sin profundizar en nada, pero como se trataba de un hombre con un temperamento muy práctico, acabó dándonos un consejo para defendernos de aquella influencia protestante: —Cuando paséis delante de esa iglesia, no es preciso que cambiéis de acera. Basta con que no respiréis. […](1).

Que en un colegio se enseñe lo que este artículo mostraba, trae a nuestra mente el grave error, y la mucha desinformación que existía no solamente sobre el protestantismo en el mundo, sino específicamente en nuestra querida patria. Se conocen muchas iglesias, que comenzaron junto con la creación de un colegio, como es el caso de la misma iglesia a la que se refiere el testimonio anterior —hoy llamada Iglesia Evangélica Bautista «El Buen Pastor» de Madrid. Muchos protestantes en el mundo, y particularmente también en España lucharon por que las escuelas tuvieran unos principios adecuados, de manera que la sociedad pudiera ser mejor.

Pero estos sucesos se han seguido repitiendo hasta nuestros días con matices diferentes y en contextos distintos, y todo ello por partir de una argumentación basada en  la ignorancia, con lo que respecta al protestantismo. Esta falta de saber sobre la misma historia de nuestro país, se da unas veces de forma intencionada, y otras por prejuicios o mal aprendizaje. Que nos sigan llamando hoy «evangelistas»,  y no «evangélicos»; o que todavía los mismos políticos de nuestro país crean que el protestantismo español sea una especie de intrusismo en nuestro contexto social; y que se entienda que esto sea simplemente algo de alemanes, ingleses u otros extranjeros, es una vergüenza, y una manifestación clara de haber aprendido mal nuestra realidad histórica, o incluso, lo que sería peor, de querer ignorarla.

Actualmente estudiar en las universidades de nuestro país algo referente al protestantismo, con un enfoque y un rigor suficiente, es algo altamente complicado. Cualquiera que pretenda realizar una tesis doctoral sobre algunos puntos relacionados con la realidad protestante, se encontrará inicialmente, con la gran dificultad de encontrar a alguien que pueda dirigir esta tesis.  Todo esto se puede ver constatado en otras realidades sociales como serían los mismos colegios e institutos donde aprenden nuestros hijos, ya que los mismos libros y formación de los profesores llevan también esta rémora.

Por ello mi proposición sería, demostrar que el protestantismo español no solamente es una realidad histórica de la vida de nuestro entorno, sino que además se presentaría como un  agente culturalizante y muy influyente en la proyección social de nuestro pueblo; y aunque suene a petulancia, esta influencia y aportación del pueblo evangélico se daría en los aspectos más positivos, ¿Qué infraestructura es el motor más significativo en la vida, ideología e idiosincrásica de una sociedad? La respuesta es evidente, la enseñanza. El sistema educativo de una sociedad forja a los políticos que gobiernan, a los médicos que tratan directamente con el cuerpo de las personas, a los religiosos y psicólogos que tratan con el alma y el espíritu.

Actualmente los libros editados como consecuencias de investigación mencionada, se encuentran en las bibliotecas de algunas universidades, en especial, en facultades de Historia, Educación y de Filosofía. Hay iglesias que lo han adquirido para entregarlo en bibliotecas de la ciudad, así como a jefes de estudios, rectores, autoridades, etc.

Esperamos que las iglesias puedan adquirirlo (2) para participar así, no solamente en la promoción de nuestra realidad social, sino también en un conocimiento más preciso del mismo pueblo de Dios, que ha de entender mejor su propia realidad, y usarla para presentar el evangelio con toda la vitalidad que se desprende de lo que somos, de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, y de lo que aún está por hacer.

Autor: Juan Manuel Quero Moreno

(1) Juan José Millás. «La iglesia protestante». En: El País, 9 enero 2.000, p. 2.

(2) Para envíos de libros, ponerse en contacto directamente con Juan Manuel Quero, telf. 617849082. También se puede contactar con el Consejo Evangélico de Madrid (CEM), telf. 913818988.

© 2011. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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