OPINIÓN / CARLOS MARTà ROY

El peor enemigo

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(CARLOS MARTÃ, 19/11/2018) Siempre he dicho que une más un enemigo común que un amigo, si observas te darás cuenta como personas y/u organizaciones que no son compatibles actúan de forma unánime cuando de lo que se trata es de vencer a un enemigo común.

Es triste ver alianzas de grupos y personas que lo único que les une es acabar con el disidente, con el que piensa y actúa de forma distinta, el objetivo imponer un pensamiento único.

La situación que vive el mundo respecto a la moralización de la política y la politización de la moral es un serio problema para la convivencia y más cuando se plantea en términos de guerra, de vencer a cualquier precio.

¿De que vale vencer al adversario si no somos capaces de convencer?

¿De que vale ganar un debate o votación si producimos más rechazo y desaprobación en la mayoría social?, ¿Acaso existe alguna idea que esté por encima de la persona? ¿Se puede cambiar una sociedad imponiendo una moral?

Como pastor y creyente vivo cada día la dificultad que encuentran las iglesias para la unidad, más allá de actos y eventos puntuales, siendo uno de los ejes fundamentales de la oración de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La unidad se hace difícil, pero veo que hay asuntos morales que aglutinan, además con mucha vehemencia y militancia, más que el mismo requerimiento de la Escritura. La unidad e identidad de la iglesia se encuentra en Cristo y no hemos de perder de vista esta verdad.

Las manifestaciones de fuerza representativa, basadas en los números, para ser considerados por los agentes políticos que buscan el poder a cualquier precio, en mi opinión debería empezar a ser causa de reflexión por parte de la iglesia, en algunos casos no deja de ser una Constantinización de la iglesia que se siente demasiado cómoda en la connivencia con el poder para gobernar, todo ello, a pesar de las consecuencias negativas que recoge la historia, nunca le ha ido peor a la iglesia que cuando se asocia al poder.

Pensar que por esta asociación con el poder vamos a ser relevantes, es un error, pero además nos puede ir peor de lo que pensamos. Esta manera de influir en poder con intención de imponer nuestra cosmovisión manifiesta un complejo lesivo con respecto a la confesión mayoritaria, un complejo que busca redimirse imitando conductas, aspiraciones y modelos de exposición pública y visibilidad, cayendo en una gran contradicción, y es que practicamos aquello que en otros criticamos.

carlos marti

Carlos Martí, pastor evangélico

Los posicionamientos políticos de la iglesia en Brasil, E.E.U.U, etc. Pienso que nos conduce de la irrelevancia a la beligerancia y aun profundo divorcio entre iglesia y sociedad.

Mi opinión, es que la iglesia debe evaluar su ser y estar en sociedad, debe realizar más autocritica y evitar movilizarse única y exclusivamente en función del enemigo externo o las amenazas a nuestra moral, y lo que es también importante, revisar con quien se asocia para vencer al “enemigo comúnâ€.

El Evangelio no solo es un discurso moral, no es una nueva religión antropocéntrica, es la buena noticia de Dios a la humanidad.

El Evangelio constituye a Cristo en el centro de la fe y moral del ser humano y en ese orden.

 

Autor: Carlos Martí Roy, noviembre 2018. El autor es pastor evangélico de la Iglesia Comunidad Cristiana El Camino, de Alcalá de Henares (Madrid).


© 2018- Nota de Redacción: Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.