REPORTAJE ESPECIAL /

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Un equipo de Buenas Noticias TV (La2, RTVE) y de Actualidad Evangélica compartimos tres días con los miembros del Centro Reto en Moscú, Rusia, fundado por cuatro jóvenes españoles y reconocido por el Gobierno en ocho ocasiones como el mejor centro de rehabilitación de Moscú. Este es nuestro relato sobre lo visto y oído en esos días. / Si lo prefiere, descargue aquí el artículo completo en formato PDF

(Continuación de la Segunda parte)

Foto: C. Reto

DIFÍCILES COMIENZOS

Los cuatro pioneros -Juan, Poli, Íñigo y Papote- llegaron a Moscú a mediados de 1992, meses después del intento fallido de golpe de Estado del 19 de agosto de 1991 contra Mijaíl Gorbachov y en plena disolución de la URSS.

Pronto se dieron cuenta de que la situación de la juventud rusa en ese contexto era similar a la España de una década atrás, cuando la transición a la democracia y la restauración de las libertades se vieron empañadas por un efecto colateral inesperado: la irrupción de las drogas y los estragos entre una juventud hambrienta de novedad y de experiencias al límite. Estragos que se cebarían especialmente con las clases más empobrecidas.

CAOS EN LA URSS. El 19 de agosto de 1991 un grupo disidente del Partido Comunista intentaron derrocar al reformista Gorbachov en un intento de salvar a la URSS

Pero las autoridades rusas no lo vieron así, por lo que no autorizaron la apertura ni la actividad del Centro de Rehabilitación solicitada por Reto en 1992. Como sucedió en España en los años 80, la negación institucional inicial acerca del problema condujo a la imprevisión e impidió que el Estado estuviera preparado para dar respuesta a los miles de desprevenidos jóvenes adictos, que reclamaban luego la ayuda de la administración pública para salir del infierno de las drogas y de sus graves consecuencias.

Evangelización. Al no autorizarles a abrir un Centro de Rehabilitación, se entregaron de lleno a la evangelización durante 5 años / Foto: C. Reto

EMPEZAR POR EL TEJADO

Para cualquier organización no gubernamental, esa negativa institucional podía haber sido suficiente para retirar a sus hombres y abandonar el proyecto. Pero Juan y sus amigos habían llegado Rusia por los caminos “más altos” de la Providencia y no estaban dispuestos a rendirse a la primera… ni a la segunda… ni ante las muchas adversidades que iban a tener que afrontar y que hubieran desalentado al más valiente. Así que decidieron que empezarían construyendo la casa por el tejado. Aprovechando la libertad religiosa recién instaurada, comenzaron a evangelizar en las calles de Moscú y pusieron los cimientos de la Iglesia, Centro Cristiano El Faro, una entidad religiosa de carácter pentecostal inscrita en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justica de la Federación Rusa.

Antiguo centro comunista. En este teatro municipal estuvieron celebrando reuniones evangelísiticas / Foto: J. Fernández

“Durante los primeros cinco años nos entregamos de lleno a la evangelización”, explica Juan. “Repartimos tres millones de folletos; proyectábamos películas y evangelizábamos haciendo campañas en teatros, en plazas…; alquilamos diferentes locales para reunirnos y durante un tiempo nos congregamos en un teatro público con amplias instalaciones, situado en una zona céntrica de Moscú”. “¡En aquella primera época la gente nos quitaba los folletos de las manos!”, recuerda Poli. “Décadas de comunismo habían dejado a la población espiritualmente hambrienta y la iglesia creció pronto”.

Pero la evangelización en las calles era también una forma directa de constatar los estragos que estaban haciendo las drogas entre los adolescentes, destruyendo vidas y familias. Por lo tanto, el sentimiento de urgencia acerca de la necesidad de abrir un Centro de Rehabilitación crecía y era un motivo de oración y desvelos para el equipo.

JESUCRISTO SE HACE PRESENTE EN LA DUMA

Allí, en presencia de diputados y ministros del Gobierno, Juan expuso su propuesta. “Les hablé de Jesús”, recuerda, “les dije cómo Dios había cambiado mi vida y cómo podía dar respuesta a la necesidad de los jóvenes rusos… nunca olvidaré ese día”.

Por fin, en 1997, cinco años después de la negativa administrativa, las autoridades gubernamentales, desbordadas por la realidad de la drogadicción en Rusia, se acordaron de la solicitud de Reto e invitaron a Juan a una reunión en la Duma (Cámara baja de la Asamblea de la Federación Rusa). Allí, en presencia de diputados y ministros del Gobierno, Juan expuso su propuesta. “Les hablé de Jesús”, recuerda, “les dije cómo Dios había cambiado mi vida y cómo podía dar respuesta a la necesidad de los jóvenes rusos… nunca olvidaré ese día”. ¿Milagros…? Que los escépticos piensen lo que quieran. Juan salió de la Duma con la autorización para la apertura del primer Centro de Rehabilitación de Reto en Moscú y con una credencial de la policía que le acreditaba como colaborador del Gobierno para la lucha contra las drogas.

ENTRE ENFERMEDADES Y LADRONES ASESINOS

Visto así y llegados a este punto, esto parecería una historia con final feliz. Pero las resistencias y adversidades que debieron superar no fueron solo de carácter burocrático. En los primeros años, cuando el proyecto aún estaba en una etapa frágil y vulnerable, el equipo debió afrontar, entre otras contrariedades, la enfermedad de Juan –“De pronto me puse malísimo y tuve que dejar todo para irme a Santander a recuperarme, pero los tratamientos no me hacían efecto y estuve a punto de morir”-; la enfermedad de Elvira, su esposa, que tuvo dos cánceres en un corto período de tiempo; un violento atraco a manos de una banda de asesinos chechenos especializados en robos a extranjeros -y de gatillo fácil, según les explicó la policía rusa que consiguió detenerlos- que irrumpieron en el piso donde vivían Poli e Íñigo, los redujeron, los golpearon y, a punto estuvieron de acabar con sus vidas.

COMIENZA LA ACTIVIDAD Y… ¡SE ROMPEN LAS REDES!

Finalmente, cuando por fin pudieron empezar a funcionar como Centro de Rehabilitación, las llamadas de jóvenes y de familias rusas pidiendo ayuda los desbordaron. “Teníamos lista de espera para varios años, no dábamos abasto, no teníamos personal ni lugar para atender tanta demanda”, explica Poli.

“Teníamos lista de espera para varios años, no dábamos abasto, no teníamos personal ni lugar para atender tanta demanda”, explica Poli

Consiguieron a un precio inmejorable una finca de cinco hectáreas en un lugar excelente, en la localidad de Istra, a una hora y poco de Moscú por carretera, con dachas a medio construir en medio de un valle verde, rodeado de un vasto bosque de pinos y con un lago dentro de sus límites en el que hoy los internos pescan y se bañan en verano, y juegan al hockey sobre hielo sobre su helada superficie en el invierno. Un pequeño detalle que habla del carácter cristiano de la entidad: pese a ser de su propiedad, Centro Reto ha cedido el uso del lago, compartiéndolo con sus vecinos. “No queríamos quitarles el disfrute de ese bien al que estaban acostumbrados por años, así que decidimos renunciar a nuestro derecho exclusivo y lo compartimos”, explica Juan.

ANTES. Aspecto de la finca en Istra, a una hora y poco de Moscú, cuando se compró, en 1997 / Foto: C. Reto

Y DESPUÉS... Aspecto de la finca 20 años después, tras años de duro trabajo y adecuación de las instalaciones, totalmente equipadas / Foto: C. Reto

Y allí se pusieron manos a la obra, con la ayuda de brigadas españolas enviadas desde Reto España compuestas por albañiles, fontaneros, electricistas, y todos los recursos económicos y humanos necesarios para que ese primer hogar de Reto en Rusia pudiera estar en condiciones de acoger dignamente a los primeros internos en el menor plazo posible. Las fotografías que pueden verse en la página web de Centro Reto en Moscú muestran las duras condiciones climáticas en las que esas obras debieron realizarse, pero también el entusiasmo y la alegría con los que se afrontaba el trabajo.

TRABAJO DURO. Brigadas de albañiles, fontaneros, electricistas, etc., llegaron desde Reto España para ayudar a habilitar pronto las instalaciones / Foto: C. Reto

Pese al esfuerzo y la celeridad con que se acometieron las obras, la inmensa demanda seguía sin poder atenderse. En 1998, la primera casa de acogida albergaba a 15 jóvenes varones. Antes de acabar el año abrieron la primera casa de chicas. En un año ya acogían a 40 personas. “Lo único que podíamos ofrecerles a las muchas personas en lista de espera como alternativa, era que se fueran a España por sus propios medios”, explica Poli. “Allí les atenderían de forma gratuita, igual que se hace en todos los centros Reto del mundo”.

“Fue una auténtica avalancha”, recuerda Juan. “En el momento de mayor afluencia llegamos a acoger a más de 700 rusos a la vez en nuestros centros en España. Al cabo de unos años casi todos han ido regresando y hoy solo quedan allá unos 30, como mucho”.

LIDERAZGO LOCAL

Uno de esos rusos que fueron asistidos en España es Mijaíl Khoshavo, natural de Moscú: “Estuve en el Centro Reto de León entre 2001 y 2006, unos cinco años”, nos dice en un castellano fluido con ligero acento que apenas delata sus orígenes. Hoy es uno de los responsables del Centro Reto en Moscú. No es el único. Los españoles con responsabilidades de dirección son minoría y aun el director en funciones de Centro Reto Moscú, Rustem Shageev, es ruso, como su nombre lo indica. Algo que desde el punto de vista de la filosofía de la misión cristiana, a juicio de este redactor, cabe destacar como un ejemplo de “buenas prácticas”.

Liderazgo local. Juan en su despacho, junto al director en funciones de C. Reto Rusia, el moscovita, Rustem Shageev / Foto: J. Fernández

También es un ejemplo de buena gestión la separación formal de la actividad religiosa, desarrollada desde el Centro Cristiano El Faro, de la del Centro de Rehabilitación de drogodependientes. Lo que no es impedimento para que la espiritualidad evangélica lo impregne todo, como es propio de verdaderos cristianos. “La Biblia es muestra guía, es el lema de Reto en todo el mundo y también en Moscú. Y que Jesús es quien ha cambiado nuestras vidas ¡lo saben hasta en la Duma!” recuerda Juan, “pero nuestros corazones y nuestras casas están abiertas para ayudar a todo aquel que nos necesite, cualquiera sea su creencia o condición”.

Reconocimiento oficial. Ocho diplomas acreditan a Centro Reto como el mejor centro de rehabilitación de Moscú / Foto: J. Fernández

9 DE MAYO, “DÍA DE LA VICTORIA”

Mientras el equipo de Buenas Noticias TV recoge imágenes de los diferentes espacios de la obra de Reto en Moscú; de los talleres, oficinas, casas de acogida, lugares de esparcimiento; etc; y graba entrevistas y testimonios de españoles y rusos que darán contenido a un programa que se emitirá en la segunda cadena de Televisión española en las próximas semanas, en la Plaza Roja de Moscú se celebra con toda pompa y boato militar una de las fiestas populares más importantes de la Rusia moderna: El Día de la Victoria, que conmemora la victoria de la URSS y los Aliados sobre la Alemania nazi el 9 de mayo de 1945.

Ajeno a lo que pasa en el centro de Moscú, y atónito ante lo que parece ser el aplauso del bosque que se levanta ante su vista, a este redactor no se le ocurre una metáfora mejor para definir lo que ve: la celebración diaria y cotidiana del Día de la Victoria de Cristo en la Cruz del Calvario. Una victoria espiritual que sigue obrando milagros en la vida de todo aquel que cree, que decide tomar su cruz y seguir las pisadas de su Señor y Salvador Jesucristo.

FIN.

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BUENAS NOTICIAS TV (LA2 RTVE) / PRIMERA PARTE DEL REPORTAJE

Autor: Jorge Fernández / Moscú, 9 de mayo de 2019.-