A VUELA PLUMA

Desde el extremo oriental del Mediterráneo

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andavert-biblia-1000(José Luis Andavert Escriche, 11/02/2013) Cuando escribo estas palabras me encuentro en el extremo oriental del Mediterráneo en la ciudad de Estambul participando en un seminario sobre la traducción de la biblia con participantes de otros 16 países europeos y especialmente de la cuenca mediterránea.

La conversación con otros colegas que participan del curso me ha llevado a reflexionar, así, a vuela pluma, sobre la situación religiosa en el entorno del Mare Nostrum. El panorama de la fe cristiana de un extremo al otro del Mediterráneo y de una orilla a la otra cambia radicalmente según vamos de Occidente a Oriente y de Norte a Sur.

Partimos de occidente con países de mayoría católica y minoría protestante y según vamos avanzando hacia oriente entramos en la realidad de la mayoría ortodoxa y nuevamente la minoría protestante, para terminar con la mayoría islámica y la minoría cristiana. Si partimos de norte a sur, vamos de la orilla norte cristiana – católica, ortodoxa y protestante - para pasar el mar y llegar a la orilla sur de mayoría islámica y minoría cristiana.

Y por que digo esto, pues por que este mapa religioso en el sur de Europa va acompañado de una realidad de intransigencias y faltas de libertad para el ejercicio de la fe, en algunos aspectos similares a las que ocurren en el norte de Europa en países de mayoría protestante.  Por un lado las intransigencias entre los propios cristianos y por otro lado la falta de libertad formal en muchos países de mayoría islámica.

Los católicos ponen presión a los protestantes donde son mayoría y los ortodoxos ponen presión a los católicos y a los protestantes donde son mayoría. En los países formalmente islámicos prohíben el libre ejercicio de la libertad religiosa a los cristianos y los países de mayoría islámica como Turquía limitan el ejercicio de la libertad y hasta el día de hoy se niegan a reconocer la presencia protestante en el país.

Repasando este mapa, vuelvo a España para reflexionar en nuestra realidad. Nosotros mismos hemos experimentado las intransigencias y la falta de libertad. No hace tanto que uno perdía su trabajo e incluso estaba inhabilitado para cargos públicos por no ser católico. En el colegio, en el trabajo, en la vida social hemos experimentado la discriminación. Aún hoy hay aspectos de agravio comparativo entre ciudadanos españoles por razón de la religión que se profesa. Sin embargo hoy, a diferencia del ayer, y a pesar de las deficiencias en la aplicación de la Ley de Libertad Religiosa, vivimos en un país de libertad religiosa en el que podemos adorar a Dios y dar testimonio de nuestra fe en plena libertad.

Cuando comparo nuestro escenario con el de nuestros hermanos en países de mayoría islámica, y con el contexto en el que estoy viviendo en estos días, con temores e incertidumbres, pienso: ¡cuántos motivos tenemos para dar gracias a Dios por poder vivir hoy nuestra fe en libertad! Porque no hay peor falta de libertad que la falta de libertad de conciencia. Y esta realidad me lleva a pensar, nos debería llevar a pensar a todos, en como aprovechamos esa libertad para vivir la fe en su plenitud unos con otros y en testimonio al mundo.

El ejercicio de la fe en libertad nos lleva a ser esperanza de Cristo para el mundo en el poder del Espíritu. Pero ¿como seremos esperanza para el mundo si vivimos desesperanzados entre nosotros?

Ciertamente la comunidad cristiana, la iglesia local, no esta exenta de dificultades en su peregrinaje por este mundo. Se enfrenta a dificultades externas. Por ejemplo en nuestro caso la presión que ejerce el secularismo y la indiferencia religiosa en nuestro medio, que en ocasiones es agresiva contra la religión, cualquiera que sea. Y también dificultades internas, algunas derivadas de las relaciones fraternales no siempre fáciles y las crisis asoman a nuestra puerta, como en cualquier familia. Pero las dificultades y los momentos de crisis son oportunidad de crecer, de aprender de ellas para seguir adelante y no paralizarnos por la situación.

Desde esta página y desde el extremo oriental del nuestro mar, a miles de kilómetros, quiero animaros a apreciar la libertad que disfrutamos y que en esa libertad podamos juntos avanzar en el testimonio de nuestra fe, puertas adentro y puertas afuera, para mayor gloria de Dios y por el bien de nuestras vidas.

Vuestro en el Señor,

José Luis Andavert.

Autor: José Luis Andavert Escriche

© 2013. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.

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