A VUELA PLUMA

A los Protestantes no nos quieren

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andavert-biblia-1000(José Luis Andavert Escriche, 25/04/2012) Hace unos días Manuel López realizó una excelente y minuciosa entrevista a Mariano Blázquez,  Secretario Ejecutivo de la FEREDE, quien, entre otras cosas, se hace eco de la necesidad, ya y de una vez por todas, de Libertad Religiosa plena y bien articulada para todas las confesiones religiosas en el país. 

A las consideraciones de Blázquez se suma en un artículo Guillem Correa, Secretario General del Consell Evangélic de Catalunya, quien, después de 40 años de democracia, se pregunta: "¿Cuándo será el momento para hacer justicia, y justicia democrática, a la Comunidad Protestante?...  ¿Será antes o después de que mi generación se acabe?".

La entrevista de Blázquez es clara y resume las aspiraciones de la comunidad protestante. El comentario de Correa oportuno. Yo soy de su misma generación, miembro del pueblo protestante maltratado en este país desde el siglo XVI hasta nuestros días. Guillem, yo me hago la misma pregunta.
 
Por mi parte quisiera añadir una breve reflexión que resumo con las siguientes palabras: A los protestantes no nos quieren. No nos quieren los partidos políticos. Ni nos quiere la derecha, ni nos quiere la izquierda, ni siquiera el centro si existiera. No nos quiere la sociedad laica, ni nos quiere la iglesia católica mayoritaria.

Y es que los protestantes o “evangelistas” – que algunos no saben ni como llamarnos - no representamos votos, ni capital, ni siquiera, quizás por nuestra atomización, somos una minoría relevante. No tenemos un estado detrás, como los Católicos o los Judíos; no representamos una amenaza, como algunos suponen la representa el Islam; somos protestantes, españoles, ciudadanos de segunda que tenemos una fe que se la supone foránea a la católica España, reserva espiritual de occidente.

Ni siquiera los liberales o intelectuales que nos miran con simpatía mueven un dedo por nosotros. Como decía Alejandro Dumas “las generalizaciones son peligrosas” y esta quizás también lo es, pero aún a riesgo de ello digo que nuestra sociedad no nos quiere o, para evitar ser extremista, diré que les importamos poco. Y esto que digo así, a vuela pluma, no es victimismo, es la constatación de una realidad, como dice Correa, después de que a los 40 años de democracia estemos aún a la espera de justicia democrática. Aquí Guillem Correa no habla de “silbo apacible” sino de la necesidad de un viento recio que disipe los nubarrones de la injusticia y despeje un cielo azul para todos los ciudadanos del estado español.

En España todo el mundo es “ecuménico” y tolerante, eso si, con los protestantes extranjeros. Y cuando viajan son más “ecuménicos” y tolerantes todavía, ¡faltaría mas!, pero España, ¡por Dios! España es católica, si acaso es cristiana. Y queda bien claro que es así después de 40 años de recibir las migajas de democracia en lo que a derechos fundamentales se refiere para el libre y no discriminatorio ejercicio de la libertad religiosa.

Después de 40 años de idas y venidas, viendo a los de un color y a los del otro, de entrevistas y buenas palabras tan solo conseguimos a base de sudor y lágrimas arrancar lo que son derechos que no deberían siquiera discutirse y seguimos con agravios comparativos inaceptables. Al final tienen que venir de fuera – del Tribunal de Estrasburgo – para dar la razón a un pobre pastor protestante quien ya jubilado, y después de aportar lo mejor de sí mismo a este país, ha tenido que luchar por el pan y la sal de una jubilación digna.

Es verdad que somos pocos, pero somos. Y probablemente ha llegado el momento de dejar de pedir “gracia” para reclamar derechos - ¡muy bien por Francisco Manzanas! - los derechos que todo ciudadano tiene del libre ejercicio de la Libertad de Conciencia, aplicada con igualdad para todos los ciudadanos ya que todos somos iguales ante la ley. Pareciera que el “Spain is different” sigue siendo realidad después de un ya largo recorrido democrático. Va siendo hora que la transición religiosa se culmine en este país y que los derechos sean iguales para todos los ciudadanos profesen la religión que profesen.

Autor: José Luis Andavert Escriche

© 2012. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA como fuente.