ENTREVISTA: JOSÉ LUIS ANDAVERT, presidente de Ferede

“La transición religiosa se ha quedado a medias”

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20121001-1.jpg(MADRID, 01/10/2012) El presidente de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) y director de la Sociedad Bíblica de España, José Luis Andavert, ha sido protagonista de una extensa entrevista por parte de Jacqueline Alencar, para Protestante Digital. En dicha entrevista, Andavert responde a diferentes preguntas sobre la difusión de la Biblia, sobre traducciones, sobre aspectos relacionados con las iglesias evangélicas en España desde y sus proyectos y preocupaciones como actual Presidente de Ferede.

Extractamos algunas de esas preguntas y respuestas contenidas en esta amplia e interesante entrevista:

 

Pregunta.- Acaba de iniciar su trayectoria como presidente de la FEREDE, ¿qué retos se le plantean en un futuro próximo?
Respuesta.- La FEREDE, como todos saben, es un organismo colegiado. Su Comisión Permanente, coordinada por el secretario ejecutivo, toma las grandes decisiones. En este momento se está trabajando en tres líneas de actuación —muy bien elaboradas y llevadas a cabo por el secretario ejecutivo Mariano Blázquez— en las que colaboro en la medida que sea necesario, a saber: Una Ley de lugares de culto; la cuestión aún no resuelta de las pensiones de los pastores jubilados; y la financiación y posible casilla en la declaración del IRPF. Estos temas aprobados por la Comisión Permanente son de absoluta prioridad y urgencia.

Hay otras cuestiones que forman parte de mi preocupación personal y que, como presidente de FEREDE, creo que deberíamos abordar. Algunas son de carácter formal jurídico y tienen que ver, por un lado, con impulsar una reforma de la constitución en la que no haya mención explícita de ninguna confesión y todas sean respetadas por igual, y por otro lado, es necesaria una actualización de la ley que regula el principio de Libertad Religiosa y deberíamos ser proactivos en este asunto que, de hecho, fue aparcado por el Gobierno de Zapatero. En España no olvidemos que hubo una transición política que afectó muchos otros aspectos de nuestra sociedad, pero la transición religiosa se quedó a medias.
Por otra parte, hay cuestiones de índole interna de nuestra realidad protestante que me preocupan. Son temas que requieren una reflexión profunda y pausada con todas las fuerzas vivas del protestantismo, y que especialmente tiene que ver con la identidad y relevancia del protestantismo español y su futuro en la sociedad contemporánea. Y aquí la cuestión es cómo ser una minoría que, unida en su diversidad, pueda llegar a ser minoría significativa e influyente con sus valores en la sociedad contemporánea.

P.- ¿Podemos esperar mejoras en cuanto a libertad religiosa con el nuevo gobierno?
R.- En nuestro país hay libertad religiosa, y está consagrada en la Constitución. Lo que ocurre es que una sociedad enmarcada durante tantos años en el nacionalcatolicismo, necesita saber vivir en democracia religiosa y aquí los comportamientos están viciados por el pasado.
Por otro lado, el desarrollo de la libertad religiosa no veo que sea, por ahora, un asunto prioritario en la agenda de los partidos políticos, ni de ninguno de los Gobiernos, en lo que a las minorías se refiere. Buenas palabras pero nada más. Sí lo es en cambio la relación con la Iglesia Católica. El agravio comparativo es notorio en todos los ámbitos. A nosotros tengo la sensación de que nos ignoran, o nos dan largas.

P.- ¿Debemos los evangélicos incursionar en el mundo de la política? ¿Sería ésta una manera de ser agentes de cambio en nuestra sociedad?
R.- Los cristianos somos agentes de cambio en la sociedad en la medida en que vivimos a la luz del Reino de Dios, y en la medida en que nuestras comunidades son sal y luz allí donde estamos. Nuestras iglesias deben ser voz profética que denuncia la injusticia y el pecado estructural, y anuncia una nueva manera de vivir que se sustenta en el amor al prójimo y al mundo creado por Dios. Y que además, tiene en cuenta el valor “todístico” de la persona, ¡todo su ser! Comunidades que defienden al débil, al huérfano y a la viuda, en lenguaje evangélico. ¡Esto es hacer política! Y se trata de no callar y de salir a la calle y denunciar, incluso con otros muchos que desde otros planteamientos claman por justicia.
Más allá de esto es cuestión de vocación. Quien quiera hacer del servicio a los demás su vida y vocación, en el ámbito del servicio civil y la política, que lo haga. Y que lo haga como independiente o como miembro del partido más afín a sus convicciones. En cualquier caso siempre estará el dilema de las cuestiones éticas, de valores y de conciencia. La cuestión no es fácil, porque en política se trabaja para todos los ciudadanos con pleno respeto de la libertad de conciencia de cada quien, y esto debe ser tenido muy en cuenta por quienes desean ejercer la carrera política.
Sí llamaría la atención a tener cuidado con “arrimarse” al poder político para obtener prebendas y/o ser notorios e “influir”. ¡Cuidado!

>> Puede leer la entrevista completa en Protestante Digital

Fuente: Protestante Digital / Jacqueline Alencar