EDITORIAL

Opinión "pública” = Opinión "mediática"

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(EDITORIAL, 12/04/2013) “La opinión pública es, sobre todo, opinión mediática. Y el ciudadano la acepta, porque el trabajador llega a casa cansado y no se pone a reflexionar...”.

La frase pertenece al humanista, escritor y economista, José Luis Sampedro, fallecido esta semana, a los 96 años de edad. Una frase sencilla -como sencillo fue su estilo de vida- y cargada de sabiduría; de esa sabiduría humana, lúcida y profunda, que en los últimos momentos de su vida brilló con mayor intensidad, como sucede con una vela cuando está a punto de extinguirse.

"OPINIÓN MEDIÁTICA"

Según Sampedro, lo que llamamos “opinión pública”, y que tanta importancia tiene como expresión del pensamiento y de los convencionalismos que rigen en una sociedad, no es otra cosa que “opinión mediática”. Es decir, lo que nos dictan los medios.

Los hechos parecen darle la razón. De allí, la batalla soterrada entre los grandes poderes fácticos por adueñarse de los medios de comunicación en todo el mundo. Porque, a la frase de Sampedro habría que añadir que, hoy por hoy, esa “opinión pública-mediática”, es “opinión global”. El pensamiento único se impone a gran velocidad y a espaldas de los ciudadanos de la “aldea global”, que son arrastrados por fuertes corrientes de opinión mediática hacia un auténtico naufragio de las libertades individuales y colectivas, así como del conocimiento último de las realidades que les afectan. Detrás de enormes cortinas de humo, esta “opinión mediática” nos oculta deliberadamente la verdad.

Las consecuencias de esto, son muy importantes, porque:

Lo que no sale en los medios no existe y no interesa.

Lo que sale en los medios existe y es importante.

Lo que sale en los medios con una opinión mediática favorable, es bueno y es verdad.

Lo que sale en los medios con una opinión mediática desfavorable, es malo y/o es falso.

Así lo asimila la gente, y así se forma y se consolida la llamada “opinión pública”...

De allí, también, que sea tan necesario “defenderse” de una opinión mediática desfavorable. De allí, que no pueda tolerarse, por ejemplo, la “invisibilidad” de las minorías religiosas en los medios, o lo que es aún peor: una “visibilidad distorsionada”, por sesgada y/o manipulada.

Esta es una realidad que nos afecta de modo particular a los cristianos evangélicos en España. Así lo reflejaba el programa que ‘Buenas Noticias TV’ dedicó el pasado domingo a nuestra revista. Así lo reconocía en él, el periodista Juan González Bedoya, experto en religión, para quien “las minorías religiosas tienen razón en quejarse, tanto de los medios privados como públicos en los que hay una hegemonía excesiva, casi de Estado confesional, a favor de la Iglesia Católica en la información religiosa”.

Y para muestra, un botón. Ese mismo día, el suplemento dominical del diario EL PAÍS (EPS), publicaba un reportaje del periodista Jon Sistiaga titulado “Caza al homosexual”, en el que acusa a los pastores evangélicos en Uganda, de sembrar el odio contra los homosexuales, pedir la pena de muerte para éstos y propiciar sus asesinatos. Un reportaje que además tiene su versión audiovisual y que Canal + lleva emitiendo toda la semana en nuestro país.

El hecho fue contestado por el director de Actualidad Evangélica, Jorge Fernández, en un artículo de opinión titulado, El fin no justifica los medios, ni "a" los medios (...).

Pero la batalla continúa... Y la presencia de los cristianos evangélicos en los medios, públicos y privados, no es una cuestión de “narcisismo” o de “vanagloria”, como alguien pudiera pensar, sino cuestión de "existencia" y de "supervivencia".

Ni más, ni menos.

Actualidad Evangélica. Madrid, 12 de abril de 2013.