SILBO APACIBLE / por GUILLEM CORREA

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GUILLEM CORREA, 02/07/2015 |  Últimamente hay una moda, en determinados entornos, de tener en poco las tradiciones eclesiásticas para volver a la "pureza del evangelio". Identificarnos como Metodistas, Bautistas, Asambleas de Dios o de Hermanos, como Iglesia de Dios o como Iglesia de Cristo dicen que es un obstáculo para la fe y por el testimonio de nuestra fe.

Quienes así piensan se presentan ellos mismos no ya como evangélicos, sino sólo como "cristianos".

El resultado final de este proceso, con todas las excepciones que haya que reconocer para no ofender a nadie, es que quienes así piensan terminan distanciándose del resto de cristianos.

Como que, según ellos, el resto de cristianos no interpreta "correctamente" el texto bíblico hay que marcar distancia para no "confundir" a la gente.

De hecho, acaban haciendo su propio camino casi en solitario.

De esta manera lo que inicialmente quería ser, al menos teóricamente, un retorno a la "pureza del evangelio" se transforma en una barrera de separación mayor que las anteriormente existentes.

Y digo mayor porque, hoy en día, la inmensa mayoría de las familias denominacionales evangélicas, viejas o nuevas, caminan juntas en el testimonio y en la acción.

Cada una de estas familias denominacionales evangélicas, viejas o nuevas, entiende que la unidad del Cuerpo de Cristo se hace patente en la unidad del testimonio y de la acción de la Iglesia.

Cada una de estas familias denominacionales entiende su propia tradición eclesiástica como un valor que enriquece el patrimonio común.

Cada una de estas familias denominacionales entiende su identidad como la garantía de poder participar en el diálogo común desde el conocimiento de saber quién es uno mismo y quiénes son los demás.

La Unidad de la Iglesia no es ni la unidad orgánica ni la unidad consistente en que los demás acepten mi "superioridad doctrinal". La Unidad de la Iglesia es la unidad del testimonio y de la acción que demuestra que las diversas identidades no son un obstáculo, sino lo que hace posible este testimonio común al servicio de los demás

Autor: Guillem Correa Caballé

© 2015. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA. Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.

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