NOSÓLOFÚTBOL / por Dani Bores
Cuando todo depende del resultado
(DANIEL BORES, 23/06/2014) | Un gran número de españoles hemos asistido en los últimos días a un acontecimiento, cuanto menos, curioso. Nuestra Selección Nacional de Fútbol ha caído eliminada en la fase de grupos tras perder los dos primeros partidos en el Mundial de Brasil 2014. Desde el día posterior a la segunda derrota que nos dejaba matemáticamente fuera de la competición, me comenzó a rodear una sensación muy extraña. Escuché cosas raras, vi otras más peculiares aún. Pensé que estaba asistiendo a una especie de “Armagedón” futbolístico a la española. ¿Ha explotado el hotel en el que se concentraba la selección? ¿Ha estallado una guerra civil en Brasil? ¿Han secuestrado a Iker Casillas? No. La selección ha sido eliminada del Mundial.
Ah, qué susto.
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"...permitidme que aproveche esta columna para estar en desacuerdo. Permitidme enfocar mis esfuerzos en los procesos y no en los resultados" |
De pronto, resulta que Xabi Alonso “la lía” con un comentario, Cesc Fábregas “la monta” en un entrenamiento, Vicente del Bosque “estalla” en unas declaraciones, ahora la selección ya no es “La Roja” sino “La Floja”, se termina un ciclo, se produce el caos, la debacle, el novamás. El equipo está hundido, se masca la tristeza, una neblina oscurece el hotel de concentración, el vaho humedece los cristales del autocar del equipo, lo que cae de las duchas del vestuario no es agua, sino lágrimas del pueblo español.
Y todo por perder dos partidos.
No me puedo creer que la Selección que en seis años ha ganado dos Eurocopas y un Mundial y que ha dado una lección de fútbol a todo el mundo ahora no sirva para nada. No puedo creer que el éxito y el fracaso sean vecinos que vivan tan cerca. Y me pregunto por qué. ¿Por qué la Selección ha pasado de estar en las nubes a morder el polvo?, ¿por qué quien hace unos meses era un crack ahora hace crack?, ¿por qué algo tan grande puede haberse hecho tan pequeño?
Porque la corona de laurel solo la gana uno. Y para quienes solo vale coronarse, cualquier alternativa es derrota. Porque, entre todos, hemos hecho que el éxito se mida en resultados. Una empresa es viable si gana dinero, un estudiante es bueno si saca sobresalientes...una vida es exitosa si se gana en ella. No importa el proceso, parece. Solo el resultado.
Pues permitidme que aproveche esta columna para estar en desacuerdo. Permitidme enfocar mis esfuerzos en los procesos y no en los resultados. Permitidme huir de justificar medios por sus fines.
Y permitidme pensar que en la vida, que aunque no lo parezca es más importante que el fútbol, al final el marcador no lo mira nadie. La muerte nos iguala a todos. A los campeones del mundo y a los que nunca ganaron un solo partido. La historia y las hazañas quedarán escritas en libros de historias y hazañas encajonados entre más libros de historias y hazañas cubiertos por una manta de polvo y olvido.
¿Y tú, sabes dónde estarás?
Autor: Daniel Bores García
© 2014. Este artículo puede reproducirse siempre que se haga de forma gratuita y citando expresamente al autor y a ACTUALIDAD EVANGÉLICA.Las opiniones de los autores son estríctamente personales y no representan necesariamente la opinión o la línea editorial de Actualidad Evangélica.
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